Amar es estar vivo.
Aunque ya estemos enamorados, estuvimos o estaremos,
es bueno recordar que el amor siempre está en nuestras vidas
en todas las formas,
no sólo en la pareja, sino en la amistad,
en la familia, en lo que hacemos día a día,
en nuestros sueños y en la vida, porque amar es estar vivo.
No te enamores del amor.
Enamórate de alguien que te ame, que te espere,
que te comprenda aún en la locura;
de alguien que te ayude, que te guíe,
que sea tu apoyo, tu esperanza, tu todo.
Enamórate de alguien que no te traicione,
que sea fiel, que sueñe contigo, que sólo piense en tu delicadeza,
en tu espíritu y no en tu cuerpo o en tus bienes.
Enamórate de alguien que te espere hasta el final,
de alguien que sea lo que tú no elijas, lo que no esperes.
Enamórate de alguien que sufra contigo, que ría junto a ti,
que seque tus lágrimas,
que te abrigue cuando sea necesario,
que se alegre con tus alegrías
y que te dé fuerzas después de un fracaso.
Enamórate de alguien que vuelva a ti después de las peleas, después del desencuentro,
de alguien que camine junto a ti, que sea un buen compañero,
que respete tus fantasías, tus ilusiones.
Enamórate de alguien que te ame.