Muchas veces en el trato con los demás, sentimos a menudo una cierta ¿admiración?, que no siempre es esto, admiración, ya que casi siempre va acompañada de una cierta envidia y la envidia es la peor consejera.
Dios dispone para todos nosotros los elementos que necesitamos para nuestra evolución hacia su Amor. En nuestra sociedad actual se da preferencia al cuerpo y se relega a un segundo o tercer plano el espíritu, cuando lo único verdaderamente importante es el espíritu.
De pequeños, en los colegios nos enseñan que el hombre esta formado de Cuerpo y Alma, pero esto no es correcto, ya que está formado de Alma y Cuerpo. Desde muy temprana edad nos han enseñado a dar preponderancia al cuerpo, cuando en realidad el cuerpo depende siempre del espíritu y solo es un medio para llegar al Amor.
Hemos olvidado que somos seres espirituales revestidos con un cuerpo fisico que nos ayuda a evolucionar hacia el Amor del Padre del cielo.
El cuerpo físico, al que damos tanta importancia, se quedará en la tierra y todo volvera a sus elementos primitivos, los liquidos volveran a las aguas, los gases a la atmósfera y las fibras a la tierra. Lo unico que perdurará eternamente es nuestro espíritu o alma. ¿Nos hemos preguntado alguna vez cuanto tiempo dedicamos a nuestro cuerpo y cuanto tiempo dedicamos a nuestra alma?. Vale la pena pensar en ello.
Deberíamos aprender a mirar lo que no se ve, los dones del Espíritu, la Fe, el Amor, la Devoción, la Humildad, el Comportamiento hacia los demas.
Si miramos a nuestros hermanos con el corazón limpio, veremos reflejada en ellos la gran obra de Dios. Él es quien nos da los medios y nosotros somos los que debemos servirnos de ellos para nuestro provecho espiritual.
Fraternalmente
Si envidias a tus hermanos
por lo que el Señor realiza
eres blasfemo y envidias
al mismo Dios soberano.
(Fragmento de las Adoniciones de san Francisco de Asís)
Mateo c. 5
3 Dichosos los que reconocen su pobreza espiritual, porque suyo es el reino de los cielos.
4 “Dichosos los que sufren, porque serán consolados.
5 “Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra que Dios les ha prometido.
6 “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán satisfechos.
7 “Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos.
8 “Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios.
9 “Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
10 “Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el reino de los cielos.
11 “Dichosos vosotros, cuando la gente os insulte y os maltrate, y cuando por causa mía digan contra vosotros toda clase de mentiras.
12 ¡Alegraos, estad contentos, porque en el cielo tenéis preparada una gran recompensa! Así persiguieron también a los profetas que vivieron antes que vosotros.
Son verdaderamente limpios de corazón quienes desprecian las cosas terrenas,
buscan las celestiales y no dejan nunca de adorar y ver,
con corazón y alma limpios, al Señor Dios vivo y verdadero.