Elige el Bien
Hoy comienzas un nuevo día,
y tienes ante ti la posibilidad de elegir
entre hacer el bien o hacer el mal.
Si eliges hacer el bien, tu día
ciertamente transcurrirá totalmente
distinto de si eliges hacer el mal.
Es muy factible que muchos
de los problemas que se te presenten
a lo largo de esta jornada, no puedan
solucionarse, pero eso sí, ten la certeza
que el Señor te dará la sabiduría necesaria
para poder encararlos y la fortaleza
para llevar adelante lo que no puedas
solucionar, con una tranquilidad de espíritu
originada por tu confianza y unión
con el Señor, y por la certeza de que,
de esa unión se nutre todo tu ser.
También puede sucederte que te encuentres
con el rechazo de aquellos a quienes
les resulta molesta la actitud de los que
obran bien, porque son una fuerte llamada
de atención a sus conciencias, pero tampoco
tienes que inquietarte: ya el Señor nos ha alertado
del pensamiento de los que obran mal:
“Tendamos trampas al justo, porque
nos molesta y se opone a nuestra manera
de obrar. Es un vivo reproche contra nuestra
manera de pensar y su sola presencia
nos resulta insoportable porque lleva
una vida distinta de los demás y va
por caminos muy diferentes.” (Sb 2, 12-14)
Obrando bien darás auténtico testimonio
de vida, de una vida firmemente unida a Dios,
y ten la certeza que ese testimonio irá obrando
en ellos como la gota que finalmente termina
por horadar la roca.
Comienza este día teniendo todo tu ser
en una íntima comunión con el Señor
y con tu pensamiento puesto en sus palabras:
“Mira: Yo pongo hoy ante ti una bendición
y una maldición. Bendición si obedeces
los mandamientos del Señor, maldición
si desobedeces esos mandamientos
y te apartas del camino que Yo te señalo”.
(Dt 11, 25-28)
Y por sobre todo, no olvides el dar gracias
a Dios por todo lo que en este día te suceda,
lo bueno y lo malo, y ofréceselo todo:
lo bueno para que lo tome como una ofrenda
agradable y lo malo para que te ayude
a transformarlo y ser también así, una ofrenda
de tu amor a Él.
Miguel A. Osimani