CANTEMOS AL SEÑOR CON ALEGRÍA.
Cantemos al Señor con alegría, unidos a la voz del pastor santo; demos gracias a Dios, que es luz y guía, solícito pastor de su rebaño.
Es su voz y su amor el que nos llama en la voz del pastor que él ha elegido, es su amor infinito el que nos ama en la entrega y amor de este otro cristo.
Conociendo en la fe su fiel presencia, hambrientos de verdad y luz divina, sigamos al pastor que es providencia de pastos abundantes que son vida.
Apacienta, Señor, guarda a tus hijos, manda siempre a tu mies trabajadores; cada aurora, a la puerta del aprisco, nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.
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