Entrega y amistad.
Si deseas recibir amor, ¡todo lo que tienes que hacer es darlo! Cuanto más amor brindes, más recibirás.
Amor es entrega voluntaria e incondicional.
Para encontrar un amor verdadero, primero debes encontrar un verdadero amigo.
Practica al azar actos de bondad. Cuando te comprometas a una relación, no te preguntes por lo que la otra persona te puede dar, sino por lo que tú puedes aportarle a ella.
La amistad es la tierra en la que la semilla del amor crece.
Si deseas recoger amor en una relación, primero debes sembrar amistad.
La fórmula secreta de una relación amorosa, sana, feliz y duradera es centrarse siempre en lo que puedes ofrecer en vez de en lo que puedes sacar.
Ese mensaje, y no otro, es lo que nos hace ser verdaderos cristianos, ser verdaderas personas y vivir una auténtica vida.
¡Qué no te engañe nadie el amor no tiene precio!
El amor no consiste en mirar a los ojos del otro, sino en mirar juntos en la misma dirección.
Amar de verdad es aceptar a alguien por lo que es y no por lo que tiene o por su aspecto físico.
Como dijo el maestro Jesús: ama a tu prójimo como a ti mismo.