“LA IGLESIA NACE EN LA CASA DE LOS CREYENTES”
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¿QUIERES RECUPERAR Y TRANSMTIR LA ALEGRIA DE LA FE?
a) Que los días de tu casa, sean siempre saludados con una oración: ¡buenos días, Señor!
b) Que tus trabajos y tus esfuerzos, sean siempre ofrecidos: ¡va por Ti, Señor!
c) Que la mesa de la comida, sea completada por el Señor: ¡bendice estos alimentos, Señor! ¡Bendícenos a nosotros, también, Señor.
d) Que la fe que profesas, la manifiestes y la transmitas a tus hijos: ¡así fue y esto hizo Jesús!
e) Que la oración sea algo normal en vuestra familia. ¿Habéis rezado en familia juntos?
f) Que la eucaristía dominical, sea signo de la unidad de vuestra familia. ¿Por qué juntos a comprar, al deporte, a la playa y…no vais juntos a la misa?
g) Que la caridad, distintivo de nuestra vida cristiana, se note en la forma de ver y de vivir en casa. ¿Vivís con austeridad en algunos momentos del año?
h) Que la Palabra de Dios esté presente en vuestra casa. ¿Dónde tenéis la Biblia? ¿Escondida en algún armario? ¡Sacadla y ponedla en un lugar preferente!
i) Que, vuestro hogar, denote un ambiente cristiano: ¿tenéis algún rincón o pared reservado para Cristo crucificado?
j) Que, vuestra familia tenga sabor a María: ¿está presente alguna imagen o cuadro relevante de la Virgen en vuestra vivienda?
k) Que en vuestras conversaciones, exista un lugar para la fe. ¿Habláis con vuestros amigos de Dios? ¿De la iglesia? ¿De vuestras convicciones religiosas? El movimiento, no lo olvidéis, se demuestra andando.
l) Que antes del descanso os dirijáis a Dios y, sobre todo, juntos si tenéis hijos: ¡gracias, Señor, por este día! ¡Gracias, Señor, por lo que hemos vivido y compartido hoy!
m) Que antes de retiraros, o incluso semanalmente, en el nombre del Señor os pidáis perdón (los padres con los hijos, los hijos con los padres, o los esposos entre ellos) por las pequeñas o grandes fisuras ocurridas en la semana. ¡Dios os bendecirá!
Son importantes los templos físicos donde nos reunimos para la eucaristía; para escuchar la Palabra o para acontecimientos importantes de nuestra vida cristiana. Pero, el Papa Benedicto, tiene más razón que un santo:el templo espiritual comienza con el Bautismo y se edifica, principalmente,en la FAMILIA, EN EL HOGAR, EN CASA.
¿No me digáis que no tiene “su aquel” pensar que podemos ser o no ser edificadores de la Iglesia en nuestra propia casa? ¿Lo intentamos a partir de esta cuaresma? ¿Por qué no ponemos voz a JESÚS en nuestras familias? ¿No estamos demasiado mudos ?
J.Leoz. Cuaresma