En 1925, Betty Stam dijo: "Señor, prescindo a míos intereses y planes, a todos mis deseos, esperanzas y ambiciones, y acepto tu voluntad para mi vida. Yo me ofrezco, integralmente, para siempre, a Ti. Todas mis amistades, todas las personas que yo amo, estarán en según lugar en mi corazón. Me rellene con Tu presencia, a cualquier precio, ahora y para todo lo siempre. Para mí vivirlo es Cristo. Amén". Nueve años más tarde, en el día 8 de diciembre de 1934, Betty y su esposo, John Stam, calmamente y valientemente, ofrecieron sus vidas a Cristo al ser martirizados por comunistas chinos.
Para Betty, el vivir era Cristo, ¿e para nosotros? ¿Que importancia hemos dado a Él en nuestra vida diaria? ¿Hemos dado a Él el primer lugar en todo cuanto hacemos? ¿Hemos buscado hacer Su voluntad?
No enfrentamos persecución religiosa. Tenemos toda la libertad para testificar de nuestra fe. Podemos cantar, podemos orar, podemos leer la Biblia y hasta cargarla en nuestras manos, podemos decir a los amigos que Jesucristo es nuestro Señor. Podemos andar como Él anduvo. Podemos hablar como Él habló. Podemos brillar como Él nos estimuló -- "sois la luz del mundo". Podemos proclamar que Él vive en nuestros corazones y que, por eso, somos las más felices criaturas de este mundo.
Queremos, como Betty, mostrar a todos que nuestro vivir es Cristo. Queremos sonreír y cantar para Cristo. Queremos pedir la dirección de Cristo para todas nuestras decisiones. Queremos que Él sepa que "sin Él, nada podemos hacer".
¿Cuál es su vivir? ¿Cuáles los rumbos de su vida? ¿Cuales son sus planes para hoy y para el porvenir? Si Cristo hace parte de todo eso, sepa qué ¡usted es y siempre será muy feliz!
by consuelo |