P E N T E C O S T E S
Hch.2,1-11;1Cr.12,12ss.;Jn.20,19-23
Sí, sí. Se nos fue físicamente al Padre pero no nos dejó solos. Es que, era imposible. No nos podía dejar solos después de habernos dejado en las manos el ENCARGO QUE NOS DIO. La misión tan importante para la humanidad que puso en nuestras manos débiles de hombres y mujeres, de “ID POR TOD EL MUNDO Y PREGONAD EL EVANGELIO, era la Buena Noticia que trajo de parte del Padre, para todos los hijos de Dios. Que todos sepan que Dios les quiere, que están llamados a la felicidad plena y que en Jesucristo nos dejó una hoja de ruta para llevarnos a la meta a la que Dios nos tiene destinados desde el principio.
La grandeza de la misión es divina y nuestras manos son humanas, muy humanas y necesitamos del Espíritu que El mismo nos prometió para que fuera “ …nuestro abogado, nuestro consolador y fuerza vital”. Tened PAZ, no tengáis miedo “….Yo estaré con vosotros hasta el final” repite una y otra vez. El Señor Jesús ha buscado colaboradores entre los seres humanos y sabe desde el principio a lo que se expone. Sin embargo sigue su proyecto para el que cuenta con los seres humanos: “No me elegisteis vosotros a mi sino yo a vosotros..…” Con aquellos primeros cristianos estuvo unos dos años y medio y pudo comprobar hasta donde podían dar de sí y entre otras cosas pudo comprobar que a pesar de la buena voluntad le fallan y cuando llega el momento de la verdad le niegan y se encierran y ponen cerrojos y quieren meter el dedo en la llaga, y quieren marcharse ya fracasados para su vieja casa de Emaus etc.etc. ¡ Cuanta desilusión y fracaso tuvo con ellos el buen Jesús! (¿)
Tu , yo y cada uno de nosotros conocemos nuestras respectivas historias. Y naturalmente que están llenas de fracasos, miedos y perezas pero mezcladas con nuestra voluntad y decisión de ser fieles a la llamada de ser instrumentos humanos en las manos de Dios. El sabe que como los de entonces hoy también podemos, sabemos y queremos responder a la compañía que nos hace y al impulso y ayuda que nos presta. Porque creemos y contamos con el E. Santo para sembrar, paz, alegría, vida y humanidad en nuestro mudo, el Espíritu Santo actúa hoy y actúa por medio de nosotros.
TE PESENTO a mamá Anni. Es de Isiro ( R. Democrática del Congo). Una mujer negra y corpulenta de unos 50 años. Con ella cuatro niños sonrientes y felices de ver el pajarito de la foto. Cuanta el misionero comboniano, que estaba sufriendo al notar ciertos síntomas de desnutrición en algunos niños de la misión por falta de alimentos. Lo lamentaba pero nada se le ocurría y no tenía medios. Un buen día, se presentaron cuatro viudas de la misión que no venían,dice él, a pedir dinero sino a que les dejaran los locales y las grandes cacerolas de la misión pues un grupo grande de ellas se habían decidido a hacer dos días a la semana una buena comida e invitar a todos los niños más desfavorecidos del poblado para que pudieran alimentarse y enseñar a sus madres a preparar alimentos con productos locales y ricos en proteínas. Lo llevan haciendo ya varios años y nuestros niños van creciendo sin sufrir la desnutrición y sus secuelas.
Al oír tal propuesta a estas viudas, que no tenían casi nada en sus casas, pero traerían dos vasos de arroz, uno de soja y un poco de leña para poder preparar la comida dos días a la semana para los niños de otras familias menos favorecidas, se avergonzó de sus escasas ocurrencias y se alegró de ver actuar al Espíritu de Dios valiéndose de instrumentos bien sencillos pero grandes, muy grandes, como estas pobres viudas africanas.
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Ven Espíritu divino,
Manda tu luz desde el cielo.
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Ven, dulce huésped del alma,
Descanso de nuestro esfuerzo,
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Entra hasta el fondo del alma,
Divina luz y enriquécenos.
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Mira el vacío del hombre,
Si tú le faltas por dentro.
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