“ V E Y P R O F E T I Z A .............”
RELFEXION CRISTIANA
Am.7,12-15;Ef.1,3-14;Mc.8,7-13
Amigos, es Domingo, día del Señor y queremos relajarnos y dedicar un poquito de nuestro tiempo para leer y meditar juntos la Palabra de Dios que hoy nos presenta la Comunidad Cristiana. Bonita ocasión para comunicarse los miembros de la familia creyente que El preside. Gracias por vuestras comunicaciones y comentarios a l reflexión del Domingo .
El Domingo pasado os decía que Profeta no es el que sabe mucho y habla más ni tampoco el que ofrece el Tarot, leernos las cartas o ver nuestro futuro por la bolita de cristal, mientras nos saca algún dinero y nos deja muy tranquilos sin decirnos nada. El profeta de verdad es una persona sencilla, del mismo pueblo, que habla el mensaje que Dios le ha dado y no busca sino que le escuchemos. El Evangelista Marcos nos narra el envío, por parte de Jesús, de sus misioneros a anunciar la Buena Noticia de que el Reino de los cielos está ya entre nosotros y que hemos de ayudar a construirlo. “ Te unjo con el crisma para que entres a formar parte del reino de Dios y seas para siempre sacerdote, profeta y rey”, se nos dijo el venturoso día en que fuimos bautizados en nombre del Padre, del Hijo y del E. santo y nos hicimos discípulos de Jesucristo.
Por otra parte es lo más natural del mundo el tener una alegría y tratar de comunicarla a los más allegados ¿Nos es permitido a los cristianos enterrar en el baúl de los recuerdos los valores recibidos con el cristianismo? ¿ Acaso nos fueron dados para enterrarlos por miedo, prudencia o comodidad?
El profeta para ser legítimo y no mero charlatán necesita: 1º Una profunda experiencia de Dios. Todos los profetas antiguos o modernos han echado a andar después de un encuentro intenso con El. “ No seréis vosotros los que habléis; sino el Espíritu de vuestro Padre, el que hablará por medio de vosotros.”(Mt.10,20’).
2º Ha de tener bien puestos los pies en la tierra y vivir su fe en medio de los acontecimientos y problemas de su tiempo. Desde su ambiente ha de denunciar las injusticias y opresiones, el egoísmo y la violencia, las políticas y costumbres injustas y corruptas. Estos son los “espíritus inmundos” de hoy a expulsar y las enfermedades y desgracias a curar.
Por otra parte el Profeta es portador de esperanza y aliento de un mundo nuevo que va a nacer y que el pueblo ha de ayudar al venturoso alumbramiento del amor y la paz.
El Profeta ha de saber que no siempre será bien recibido y los aplausos no serán su acompañante sino que más bien, la historia así lo demuestra, será despreciado, maltratado y terminará dando con su propia vida testimonio de la verdad del Mensaje.
“Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá: profetiza allí y gánate allí el pan. No lo vuelvas a hacer en la casa de Dios, porque es el santuario del rey y el templo nacional”. El sacerdote de Betel, que es funcionario real lo confunde por un gana panes y quiere cerrarle la boca y lanzarlo fuera.” Mira ,soy únicamente un hombre normal que vivo de mi rebaño y de cuidar mis higueras pero el Señor me ha enviado a llamar la atención del pueblo y del rey. Ve y profetiza a mi pueblo, me dijo………..”
San Pablo les dice a los cristianos de Efeso :”……El nos eligió en la persona de Cristo para ser irreprochables ante El y El nos ha destinado a ser su hijos para que la gloria de su gracia no sea un fracaso……….”
Jesús llamó a los suyos y los fue enviando, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que fueran ligeros de ropa y sin repuesto alguno. Quedaos en la casa donde os reciban. El mensaje ya lo conocéis y y vuestra misión también.. Id. Ellos salieron a predicar la conversión, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.(Mc.6,7-13”)
¡Dios mío, cuántos enfermos sin saberlo! Y qué fácil curación tienen muchas de sus dolencias. Pero eso sí, necesitan de un médico, un enfermero o un cristiano de buena voluntad para ayudarles a encontrar la PAZ en su interior, la concordia en su matrimonio, el diálogo sereno y sincero en familia.
¿Para qué queremos ser cristianos si no le sacamos el fruto ni somos portadores de tal tesoro? Se nos pedirá cuanta, y tendremos que oír: Siervos araganes y perezosos.