Oración de Alabanza Muchas veces en las asambleas de oración escuchamos a los animadores decir: “Hermanos, hemos venido a alabar a Dios, porque él se merece ser alabado por su pueblo”.
Todos gritan “¡amén!”, y comienza una oración que en el mejor de los casos podría resumirse en menos de diez expresiones: ¡Aleluya!, ¡glorificado!, ¡a El la gloria por siempre!, ¡hay poder! ... Amén.
Y en el peor de los casos, después de motivar a la alabanza cantan “Da la mano a tu hermano” o “El Padre Abraham tenía muchos hijos”.
Es muy común escuchar tanto en grupos pequeños como en grandes asambleas: “Señor te alabamos, Señor te bendecimos, te exaltamos, Señor te glorificamos; y sólo estamos diciendo que lo vamos a hacer pero no lo hacemos. Decimos: Señor te venimos a alabar, te vamos a alabar, Señor te queremos alabar, ¡pues alabémoslo! alabar a Dios es reconocer lo que El es... es describir sus cualidades, es exaltar su ser.
Leer el Libro de Apocalipsis puede ayudar mucho. Ahí hay más títulos de Dios que lo describen: “Yo soy el que tiene pies de metal, Yo soy el que tiene la espada en la mano, tengo la mirada de fuego”. Todo eso quiere decir que es el Salvador. Cuando leo eso digo: ¡Cuánta maravilla es Dios!, y voy descubriendo más y más y mi oración se enriquece.
Otra fuente de inspiración podemos encontrarla leyendo las oraciones que nuestro maestro de espiritualidad han desarrollado. Como ejemplo transcribo una de las más famosas de San Francisco de Asís.
Tú eres el Santo, Señor Dios único, el que hace maravillas. Tú eres el fuerte, tú eres el grande. Tú eres el Rey Omnipotente: Tú Padre Santo, Rey del cielo y de la tierra. Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses tú eres el bien, todo bien, Señor Dios, vivo y verdadero. Tú eres el amor, la caridad; tú eres la sabiduría, tú eres la humildad, tú eres la paciencia, tú eres la mansedumbre, tú eres la seguridad, tú eres la quietud, tú eres el gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres la justicia, tú eres la templanza, tú eres toda nuestra riqueza y saciedad. Tú eres la hermosura, tú eres la mansedumbre, tú eres el protector, tú eres nuestro custodio y defensor, tú eres la fortaleza
Colaboracion Especial del Predicador Catolico Salvador Gomez
|