COMENZANDO EL DÍA
Paciencia.
En este día, como en toda nuestra vida, tenemos que armarnos de paciencia, porque quizás las cosas que hemos planeado no se cumplirán como pensábamos, y ni siquiera nosotros actuaremos como santos, sino como los pecadores de siempre.
Así que necesitaremos de paciencia para soportar las cosas de la vida, y también para sobrellevar los defectos ajenos y nuestros propios defectos.
Aprendamos de Dios, que no hizo todo atropelladamente, sino que se tomó su tiempo para crear y preparar un pueblo para su Mesías.
Recordemos también una frase hermosa que ha dicho la Virgen en San Nicolás: “Todo a su debido tiempo, llegará”, y vivamos confiados y tranquilos, sabiendo que el más interesado en que las cosas salgan bien, es el mismo Dios, que dispone todo para el bien de los que lo aman.
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