Buena cara.
Gracias a Dios estamos comenzando un nuevo día, y sería muy lindo que nos propusiéramos, al menos por hoy, poner buena cara a todos con quienes nos encontremos.
No creamos que esto de poner buena cara sea una nadería, pues es un buen apostolado y nos lo exige la caridad cristiana.
Especialmente tratemos de poner buena cara y sonreír, con los que más nos cuesta, que a veces son nuestros familiares más cercanos.
Hagamos la vida más agradable y llevadera a quienes conviven con nosotros o simplemente nos cruzan por casualidad, viendo en cada prójimo a Cristo, a la Virgen.