Señor, Tú conoces mi vida y sabes mi dolor. Has visto mis ojos llorar, mi rostro entristecerse.Mi cuerpo lleno de dolencias y mi alma traspasada por la angustia.Lo mismo que te pasó a ti cuando, camino de la cruz, todos te abandonaron. Hazme comprender tus sufrimientos y, con ellos, el amor que Tú nos tienes.Y que yo también aprenda que uniendo mis dolores a los tuyos, tienen un valor redentor por mis hermanos.Ayúdame a sufrir con amor, hasta con alegría. Si no es posible que “pase de mí este cáliz” te pido por todos los que sufren:Por los enfermos como yo, por los pobres, los abandonados,los desvalidos, los que no tienen cariño ni comprensión y se sienten solos. Señor, has que estas dolencias que me aquejan me purifiquen, me hagan más humano,Me transformen y me acerque más a Ti.Amén.Juan Pablo II |