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16 de Mayo de 2014 |
Meditación semanal |
Amar es cumplir la ley. 2014-05-19
- 19-05-2014
La alegría de Cristo es nuestra paz. 2014-05-20
- 20-05-2014
Con Cristo, todo. Sin Él, nada. 2014-05-21
- 21-05-2014
Permanecer fiel al amor de Cristo. 2014-05-22
- 22-05-2014
La vida en Cristo. 2014-05-23
- 23-05-2014
El espíritu del mundo. 2014-05-24
- 24-05-2014
El don por excelencia de Cristo. 2014-05-25
- 25-05-2014
Amar es cumplir la ley. 2014-05-19
Oración preparatoria
Señor, permite que
esta oración prenda una fuerte, vigorosa e indestructible pasión por
cumplir siempre, y sobre todas las cosas, tu mandamiento del
amor. Que esta pasión acabe con mi mediocridad, con mi
cobardía, con mi temor y, sobre todo, con mi egoísmo.
Petición (gracia/fruto que se busca)
Jesús, que permanentemente tenga la pasión de conquistar, por amor
a Ti, la santidad. Texto base para
entablar el diálogo con Dios
Del santo Evangelio
según san Juan 14, 21-26
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y
los cumple, ése me ama. Al que me ama a
mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y
me manifestaré a él».
Entonces le dijo Judas (no
el Iscariote): «Señor, ¿por qué razón a nosotros sí te
nos vas a manifestar y al mundo no?». Le respondió
Jesús: «El que me ama, cumplirá mi palabra y mi
Padre lo amará y vendremos a él y haremos en
él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá
mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es
mía, sino del Padre, que me envió.
Les he
hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el
consolador, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en
mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará
todo cuanto yo les he dicho».
Palabra del
Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se
sugiere sea algo personal) Amar es cumplir la ley.
«Es evidente que cuando los autores del Nuevo Testamento
quieren reducir a una última síntesis, a lo más esencial,
el mensaje moral cristiano, nos presentan la exigencia ineludible del
amor al prójimo: “Quien ama al prójimo ya ha cumplido
la ley [...]
De modo que amar es
cumplir la ley entera”. Así san Pablo, para quien el
precepto del amor no sólo resume la ley sino que
constituye su corazón y razón de ser: “Toda la ley
alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo”. Y presenta a sus comunidades
la vida cristiana como un camino de crecimiento en el
amor: “Que el Señor os haga progresar y sobreabundar en
el amor de unos con otros, y en el amor
para con todos”. También Santiago exhorta a los cristianos a
cumplir “la ley real según la Escritura: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo”, para no fallar en ningún
precepto» (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 161).
Propósito
Me ofreceré a colaborar en un ministerio
parroquial u otro apostolado católico por amor a Cristo y
a su Iglesia. Si ya colaboro, pondré más amor y
dedicación a mi misión.
«Hagan de la vida familiar una
escuela doméstica de hombres y de cristianos íntegros, en la
que los hijos aprendan a amar, a respetar a Dios,
a asimilar y vivir sus leyes, a ver la vida
con ojos de bondad y de esperanza, a valorar al
prójimo»
(Cristo al centro, n. 895).
La alegría de Cristo es nuestra paz. 2014-05-20
Oración preparatoria
Oh Señor, ayúdame
a comenzar esta oración con la conciencia de que Tú
eres el único camino para encontrar la paz en mi
vida; que todas las personas, bienes y acontecimientos son sólo
instrumentos que Tú pones en mis manos para que pueda
amarte y servirte por medio de ellas. Petición (gracia/fruto que se busca)
Jesús, dame tu
paz y la gracia de iniciar este día orientando hacia
Ti todo lo que soy y todo lo que tengo. Texto base para entablar el diálogo con
Dios
Del santo Evangelio según san Juan 14,
27-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«La paz les dejo, mi paz les doy. No se
la doy como la da el mundo. No pierdan la
paz ni se acobarden. Me han oído decir: “Me voy,
pero volveré a su lado”. Si me amaran, se alegrarían
de que me vaya al Padre, porque el Padre es
más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de
que suceda, para que cuando suceda, crean.
Ya no
hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el príncipe
de este mundo; no es que él tenga poder sobre
mí, pero es necesario que el mundo sepa que amo
al Padre y que cumplo exactamente lo que el Padre
me ha mandado».
Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea
algo personal) La alegría de Cristo es nuestra paz.
Nosotros pensamos siempre en Jesús cuando predicaba, cuando sanaba,
cuando caminaba, iba por las calles, también durante la Última
Cena... Pero no estamos acostumbrados a pensar en Jesús sonriente,
alegre. Jesús estaba lleno de alegría: lleno de alegría. En
esa intimidad con su Padre: ´Exultó de alegría en el
Espíritu y alabó al Padre´- es precisamente el misterio interno
de Jesús, esa relación con el Padre en el Espíritu.
Es su alegría interna, su alegría interior que Él nos
da.
Esta alegría es la verdadera paz: no es
una paz estática, quieta, tranquila. No, la paz cristina es
una paz alegre, porque nuestro Señor es alegre. Es alegre
cuando habla del Padre: ama tanto al Padre que no
puede hablar del Padre sin alegría. Nuestro Dios es alegre.
Y Jesús ha querido que su esposa, la Iglesia, también
sea alegre.
No se puede pensar en una Iglesia
sin alegría y la alegría de la Iglesia es precisamente
esta: anunciar el nombre de Jesús. Decir: “Él es el
Señor. Mi esposo es el Señor. Es Dios. Él me
salva, Él camina con nosotros”. Y esta es la alegría
de la Iglesia, que en esta alegría de esposa se
hace madre. Pablo VI decía: la alegría de la Iglesia
es precisamente evangelizar, ir adelante y hablar de su Esposo.
Y también transmitir esta alegría a los hijos que ella
hace nacer, que ella hace crecer (Cf. S.S. Francisco, 3
de diciembre de 2013, homilía en capilla de Santa Marta).
Diálogo con Cristo Dedica unos minutos
a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a
Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio
interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que
se ha tenido con Cristo)
Durante esta
semana, visitar a esa persona que vive en soledad su
enfermedad, buscando llevarle la paz de Cristo.
«La caridad engendra siempre alegría y paz»
(Cristo al
centro, n. 370).
Con Cristo, todo. Sin Él, nada. 2014-05-21
Oración preparatoria
Señor, quiero
permanecer unido a Ti, que no haya nada ni nada
más importante. Permite que mi oración transforme mi corazón para
que pueda amarte como al único totalmente amable; que mi
inteligencia pueda creer en Ti como en él único que
no engaña; y que mi libertad pueda elegirte como lo
único que colma mis ansias y anhelos. Petición (gracia/fruto que se busca)
Espíritu Santo, dame el
don de saber orar para dar hoy ese fruto abundante
que produce tu gracia. Texto base
para entablar el diálogo con Dios
Del santo
Evangelio según san Juan 15, 1-8
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid
y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no
da fruto en mí, él lo arranca, y al que
da fruto lo poda para que dé más fruto.
Ustedes ya están purificados por las palabras que les he
dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el
sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen
en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el
que permanece en mí y yo en él, ése da
fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que
no permanece en mí se le echa fuera, como al
sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al
fuego y arde.
Si permanecen en mí y mis
palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se
les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que
den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos».
Palabra del Señor. Meditación
(profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal) Con Cristo, todo. Sin Él, nada.
«También hoy el
Señor repite: “Id...”, y añade: “Yo estoy con vosotros todos
los días...”. ¡Esto es fundamental! Sólo con Cristo podemos llevar
el Evangelio. Sin Él no podemos hacer nada —lo dijo
Él mismo. Con Él, en cambio, unidos a Él, podemos
hacer mucho. También un muchacho, una muchacha, que a los
ojos del mundo cuenta poco o nada, a los ojos
de Dios es un apóstol del Reino, es una esperanza
para Dios. A todos los jóvenes desearía preguntar con fuerza,
pero no sé si hoy en la plaza hay jóvenes:
¿hay jóvenes en la plaza? ¡Hay algunos! Desearía, a todos
ustedes, preguntar con fuerza: ¿quieren ser una esperanza para Dios?
¿Ustedes quieren ser una esperanza? ¿Quieren ser una esperanza para
la Iglesia? Un corazón joven que acoge el amor de
Cristo, se transforma en esperanza para los demás, es una
fuerza inmensa. Pero ustedes, chicos y chicas, todos los jóvenes,
¡ustedes deben transformarnos y transformarse en esperanza! Abrir las puertas
hacia un mundo nuevo de esperanza. Ésta es vuestra tarea»
(S.S. Francisco, 4 de septiembre de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un
diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir
de lo que haya llegado al propio interior, de lo
que te haya dicho Dios. Propósito (es
mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido
con Cristo)
Confiando en que unido a Cristo
todo se puede, hoy voy a seguir puntualmente todas las
inspiraciones del Espíritu Santo.
«Cristo es la vida verdadera, es
nuestra esperanza de vida, nuestra promesa de eternidad. Qué dulce
y entusiasmante sentirse sarmiento de esta vid imperecedera y vital.
De ella aspiramos, a través de los sacramentos, la gracia,
la verdad y la santidad. Recomienza todos los días con
mucha fe»
(Cristo al centro, n. 742).
Permanecer fiel al amor de Cristo. 2014-05-22
Oración preparatoria
Señor, perdóname por
las palabras o pensamientos contrarios al amor a los demás
que he consentido. Te pido perdón por las veces que
no he sabido servir a mis hermanos, por las veces
que no he sido humilde ante los demás. Ayúdame a
empezar este día con una nueva actitud para demostrarte mi
amor sincero. Petición (gracia/fruto que se busca)
Señor Jesús, concédeme tu gracia para saber amarte y
servirte en los demás. Texto base
para entablar el diálogo con Dios
Del santo
Evangelio según san Juan 15, 9-11
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me ama,
así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen
mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo
cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté
en ustedes y su alegría sea plena».
Palabra
del Señor. Meditación (profundización propuesta, si
bien se sugiere sea algo personal) Permanecer fiel al
amor de Cristo.
«Jesús no quiere ni cristianos egoístas
—que siguen el propio yo, no hablan con Dios— ni
cristianos débiles —cristianos que no tienen voluntad, cristianos “telemandados”, incapaces
de creatividad, que buscan siempre conectarse a la voluntad de
otro y no son libres—. Jesús nos quiere libres, ¿y
esta libertad dónde se hace? Se hace en el diálogo
con Dios en la propia conciencia. Si un cristiano no
sabe hablar con Dios, no sabe oír a Dios en
la propia conciencia, no es libre, no es libre.
Por ello debemos aprender a oír más nuestra conciencia. Pero
¡cuidado! Esto no significa seguir al propio yo, hacer lo
que me interesa, lo que me conviene, lo que me
apetece... ¡No es esto! La conciencia es el espacio interior
de la escucha de la verdad, del bien, de la
escucha de Dios; es el lugar interior de mi relación
con Él, que habla a mi corazón y me ayuda
a discernir, a comprender el camino que debo recorrer, y
una vez tomada la decisión, a seguir adelante, a permanecer
fiel» (S.S. Francisco, 30 de junio de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener
un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a
partir de lo que haya llegado al propio interior, de
lo que te haya dicho Dios. Propósito
(es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha
tenido con Cristo)
Hacer una visita a Cristo
Eucaristía para pedir por la nueva evangelización y reafirmar mi
convicción de participar de ella.
«Si dejan que Cristo
sea su vida, anteponiendo la fe a sus apreciaciones humanas,
la esperanza a sus seguridades materiales, y la caridad a
todo, entonces su trabajo se cuajará de frutos espirituales, y
todos los que les vean, se sentirán atraídos por la
fuerza del Espíritu que actúa en ustedes»
(Cristo al
centro, n. 743).
La vida en Cristo. 2014-05-23
Oración preparatoria
¡Señor, cuánta
seguridad me dan tus palabras en el Evangelio! Nunca estoy
solo, Tú me has elegido y por eso estás siempre
a mi lado, me ayudas, me acompañas, me sostienes. Tú
eres mi paz, mi roca, mi seguridad. Has dado la
vida por mí y me esperas en la casa del
Padre. Nunca dejes que se enfríe esta alegría pascual. Petición (gracia/fruto que se busca)
Señor,
fortaléceme por medio de esta oración y lléname de tu
gracia. Texto base para entablar el diálogo
con Dios
Del santo Evangelio según san Juan
15, 12-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: «Este es mi mandamiento: que se amen los unos
a los otros como yo los he amado. Nadie tiene
amor más grande a sus amigos que el que da
la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen
lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos,
porque el siervo no sabe lo que hace su amo;
a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a
conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy
yo quien los ha elegido y los ha destinado para
que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de
modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en
mi nombre. Esto es lo que les mando: que se
amen los unos a los otros».
Palabra del
Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien
se sugiere sea algo personal) La vida en Cristo.
«Hemos sido llamados por Dios y llamados para permanecer
con Jesús, unidos a él. En realidad, este vivir, este
permanecer en Cristo, marca todo lo que somos y lo
que hacemos. Es precisamente la “vida en Cristo” que garantiza
nuestra eficacia apostólica y la fecundidad de nuestro servicio: “Soy
yo el que los elegí a ustedes, y los destiné
para que vayan y den fruto, y ese fruto sea
verdadero”.
No es la creatividad, por más pastoral
que sea, no son los encuentros o las planificaciones los
que aseguran los frutos, si bien ayudan y mucho, sino
lo que asegura el fruto es ser fieles a Jesús,
que nos dice con insistencia: “Permanezcan en mí, como yo
permanezco en ustedes”. Y sabemos muy bien lo que eso
significa: contemplarlo, adorarlo y abrazarlo en nuestro encuentro cotidiano con
él en la Eucaristía, en nuestra vida de oración, en
nuestros momentos de adoración, y también reconocerlo presente y abrazarlo
en las personas más necesitadas. El “permanecer” con Cristo no
significa aislarse, sino un permanecer para ir al encuentro de
los otros» (S.S. Francisco, 27 de julio de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a
tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón,
a partir de lo que haya llegado al propio interior,
de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se
ha tenido con Cristo)
Voy a hacer un
pequeño sacrificio, en una de las comidas del día de
hoy, por esa persona que me gustaría poder ayudar más.
«Sólo en el realismo de cada jornada, saturada de ocasiones
para dar un sí repetido a Cristo, demostrarás la hidalguía
de tu amor»
(Cristo al centro, n. 771).
El espíritu del mundo. 2014-05-24
Oración preparatoria
Señor, inicio haciendo
un acto de sincera humildad y arrepentimiento, no soy digno
de Ti porque la atracción del mundo me domina frecuentemente,
pero confío en tu misericordia y en el poder transformante
de tu gracia. Permite que sepa abrir mi corazón y
mi voluntad para tener un encuentro íntimo contigo en esta
oración. Petición (gracia/fruto que se busca)
Concédeme, Señor, la sabiduría para comprender los signos de
los tiempos. Texto base para entablar
el diálogo con Dios
Evangelio
Del santo
Evangelio según san Juan 15, 18-21
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: «Si el mundo los odia,
sepan que me han odiado a mí antes que a
ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como
cosa suya; pero el mundo los odia porque no son
del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del
mundo.
Acuérdense de lo que les dije: “El siervo
no es superior a su señor”. Si a mí me
han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso
que han hecho de mis palabras lo harán de las
de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por
mi causa, pues no conocen a aquel que me envió».
Palabra del Señor. Meditación (profundización
propuesta, si bien se sugiere sea algo personal) El
espíritu del mundo.
El Señor quiere que entendamos lo
que sucede: lo que sucede en mi corazón, lo que
sucede en mi vida, lo que sucede en el mundo,
en la historia... ¿Qué significa que suceda esto? ¡Estos son
los signos de los tiempos! Sin embargo, el espíritu del
mundo nos hace otras propuestas, porque el espíritu del mundo
no nos quiere pueblo: nos quiere masa, sin pensamiento, sin
libertad.
El espíritu del mundo quiere que vayamos por
un camino de uniformidad, pero, como advierte san Pablo, el
espíritu del mundo nos trata como si nosotros no tuviéramos
la capacidad de pensar por nosotros mismos, nos trata como
personas no libres.
El pensamiento uniforme, el pensamiento igual,
el pensamiento débil, un pensamiento así difuso. El espíritu del
mundo no quiere que nosotros nos preguntamos delante de Dios:
´¿Pero por qué esto, por qué lo otro, por qué
sucede esto? O también nos propone un pensamiento según los
propios gustos: ´¡Yo pienso como me gusta!´ Pero eso va
bien, dicen ellos.... Pero eso que el espíritu del mundo
no quiere es esto que Jesús nos pide: el pensamiento
libre, el pensamiento de un hombre y de una mujer
que son parte del pueblo de Dios y ¡la salvación
ha sido precisamente esta! (Cf. S.S. Francisco, 29 de noviembre
de 2013, homilía en capilla de Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener
un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a
partir de lo que haya llegado al propio interior, de
lo que te haya dicho Dios. Propósito
(es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha
tenido con Cristo)
Limitar hoy el tiempo que
dedico a mi esparcimiento en la televisión, o en el
internet, y leer un buen libro.
«En Dios coincide
perfectamente lo que Él piensa de nosotros y lo que
realmente somos: somos lo que Dios piensa de nosotros. En
los hombres muchas veces difiere el pensar y el ser.
Por eso, no busques lo que piensen los hombres, busca
realizar el pensamiento de Dios»
(Cristo al centro, n.
1363).
El don por excelencia de Cristo. 2014-05-25
Oración preparatoria
Señor, la gracia
del Espíritu Santo no es algo que pueda merecer o
conquistar, sólo puedo recibirla como puro don. Haz que el
Espíritu Santo penetre en la dura costra de mi indiferencia
y de mi ciego conformismo. Espíritu Santo, hazme sentir tu
voz para permanecer en tu amor y ser testigo tuyo. Petición (gracia/fruto que se busca)
Espíritu
Santo, abre mi entendimiento y mi voluntad para que pueda
recibir el mensaje de tu Evangelio con un corazón nuevo. Texto base para entablar el diálogo con
Dios
Del santo Evangelio según san Juan 14,
15-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al
Padre y él les enviará otro consolador que esté siempre
con ustedes, el Espíritu de verdad». El mundo no puede
recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; ustedes, en
cambio, sí lo conocen, porque habita entre ustedes y estará
en ustedes.
No los dejaré desamparados, sino que volveré
a ustedes. Dentro de poco, el mundo no me verá
más, pero ustedes sí me verán, porque yo permanezco vivo
y ustedes también vivirán. En aquel día entenderán que yo
estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en
ustedes.
El que acepta mis mandamientos y los cumple,
ése me ama. Al que me ama a mí, lo
amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré
a él».
Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo
personal) El don por excelencia de Cristo.
«El
Espíritu Santo es el alma de la misión. Lo que
sucedió en Jerusalén hace casi dos mil años no es
un hecho lejano, es algo que llega hasta nosotros, que
cada uno de nosotros podemos experimentar. El Pentecostés del cenáculo
de Jerusalén es el inicio, un inicio que se prolonga.
El Espíritu Santo es el don por excelencia de Cristo
resucitado a sus Apóstoles, pero Él quiere que llegue a
todos. Jesús, como hemos escuchado en el Evangelio, dice: “Yo
le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que
esté siempre con vosotros”. Es el Espíritu Paráclito, el “Consolador”,
que da el valor para recorrer los caminos del mundo
llevando el Evangelio. El Espíritu Santo nos muestra el horizonte
y nos impulsa a las periferias existenciales para anunciar la
vida de Jesucristo. Preguntémonos si tenemos la tendencia a cerrarnos
en nosotros mismos, en nuestro grupo, o si dejamos que
el Espíritu Santo nos conduzca a la misión» (S.S. Francisco,
19 de mayo de 2013).
Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un
diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir
de lo que haya llegado al propio interior, de lo
que te haya dicho Dios. Propósito (es
mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido
con Cristo)
Invocando la gracia del Espíritu Santo,
hoy voy a poner más esfuerzo en hacer las cosas
ordinarias del día, de una manera extraordinaria, por amor a
Jesús. «Hacer un hábito, el pensar y el hablar tus
cosas con el Espíritu Santo»
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