Dios de toda misericordia, gracias porque en tu cuerpo mi Jesús, llevaste todas nuestras enfermedades y por tus llagas fuimos nosotros curados.
Ayúdanos a siempre creer que tu Palabra es la verdad y de esa manera batallar contra toda dolencia, todo síntoma, toda enfermedad que intente minar la salud de nuestros cuerpos.
Enséñanos a confesar la Palabra de tu poder, que es la espada del Espíritu, para combatir lo que se nos diga, lo que veamos o lo que sintamos.
Enséñanos y ayúdanos a resistir toda incredulidad para recibir por fe la sanidad que ya Tú nos diste hace más de 2000 años en la cruz del calvario.
Queremos siempre vivir por fe y no por vista. Aumenta nuestra fe para creer que Tú eres el Dios Todopoderoso y que para Ti nada es imposible; que es tu perfecta voluntad sanar estas enfermedades que afecta mi mente, mi cuerpo y toda enfermedad del alma.
Fortalécenos en la debilidad y ayúdanos a pelear la buena batalla de la fe. Queremos creer y confesar no las circunstancias sino tu Palabra, que es la verdad. En el nombre de Jesús. Amén.