MEDITACIÓN DE LA MAÑANA
Adoremos al Corazón de Jesucristo, tan amante de sus Apóstoles, tan paciente con sus defectos, tan generoso en los favores de que les colma; y no obstante tanta bondad, se ve traicionado, negado, abandonado por ellos. Adoremos su misericordia, alabemos y bendigamos su indulgencia con sus debilidades humanas.