Día 30º- Terror de los demonios.
Oh san José, fortificado por la Palabra de la Escritura, has podido vencer siempre las tentaciones.
Oración
Amorosísimo San José, que tan tiernamente amasteis a Jesús, y tan vivamente sentisteis la privación de su presencia cuando lo perdieres en el Templo, os encomiendo con fervor las Santas Almas que, lejos de la amable presencia de Dios, están padeciendo en el Purgatorio.
Oh Santo Patriarca, sed su consuelo en aquel lugar de penas y expiación, dignaos aplicarles los piadosos sufragios de los fieles, particularmente los míos.
Constituíos su intercesor para con Jesús y María y romped con vuestra poderosa oración sus cadenas, para que puedan ascender al seno de Dios y gozar de la felicidad eterna. Amén.