DOMINGO
XXI -B
Anoche leía yo las tres lecturas que hoy la Iglesia nos propone a
reflexión para sacar consecuencias: Josué, Carta de Pablo a los de Efeso y el
Evangelio escrito por San Juan.
Lo que yo
puedo comprender y alguna lectura más de otros comentaristas, es que en las
tres lecturas hay un desafío, se les presenta un reto, se les hace una
invitación a dar un paso hacia delante, a elevar los latidos de nuestro corazón
de creyentes mientras bajamos la voz de tanta palabrería barata y vacía. Obras
son amores y……
Josué ha sucedido a Moisés introduce al pueblo
en la T. Prometida
y observa que muchos Israelitas les empiezan a temblar las piernas y a darles miedo
al contacto con otros ambientes, con otras culturas con otros pueblos: ¿Cuál es
el reto , el desafío que propone a su pueblo?: “Si no os parece bien servir al
Señor pues elegid a quien queréis servir. ¿al dinero, al poder?, al orgullo
ciego?.. etc. “Pues sabedlo, MI CASA Y YO SERVIREMOS Y CREEREMOS EN EL SEÑOR
DIOS DE ISRAEL”.
¿Cuál es el
desafío que San Pablo presenta a los esposos? ¿Queréis
que vuestras esposas
sean vuestra posesión para hacer y deshacer a vuestro antojo o queréis que esa
que os dijo sí , te quiero, sea la compañera que Dios puso en tu camino para
compartir penas y alegrías, opiniones y decisiones que lleven la casa adelante?
¿Queréis esposas ser un maniquí de adorno y objeto de envidia y presunción o
por el contrario deseáis participar en las penas, alegrías , trabajos y
sinsabores del Hombre con el cual vais levantando esa casa y formando un
auténtica familia? ¿Os habéis olvidado que ella y tu – tú y ella sois hijos e
instrumentos amadísimos de Dios?
La apuesta que San Juan nos propone a todos,
es que respondamos con fe viva a la vida y los hechos de Jesús el hijo de Dios.
Que seamos capaces de espabilarnos, dejar el miedo o la precaución a un lado y
confesarnos sin rutinas los cristianos que somos y queremos ser, para lo cual
contamos con El.
“Yo soy el pan que ha bajado del cielo. Mi cuerpo es verdadera
comida y mi sangre verdadera bebida…. El que come mi carne y bebe mi sangre
tendrá vida eterna ….
“ Muchos discípulos
al oírlo hablar así….. pero quien puede aguantar ésto?.... y no volvieron con
El. Le bastaba con haberse saciado de 5 panes y 2 peces.
Jesús. ¿Y
VOSOTROS?...... “Tu tienes palabras de vida eterna” respondió su discípulo Pedro.
¿Y…………………..?