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Por primera vez el Papa Francisco nombra a 2 madres de familia para cargos en el Vaticano
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
VATICANO, 07 Nov. 17 / 06:34 am (ACI).- El Papa Francisco ha nombrado por primera vez a dos madres de familia como Subsecretarias del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Se trata de la profesora Gabriella Gambino, que se encargará de la Sección para la Vida del dicasterio, y de Linda Ghisoni, jueza y docente, que se hará cargo de la Sección para los fieles laicos.
Nació en Milán el 24 de abril de 1968 y es madre de cinco hijos. En 1995 se licenció en Ciencias Políticas por la Universidad de los Estudios de Milán y en 2001 obtuvo el doctorado en Bioética por el Instituto de bioética de la Universidad Católica del Sacro Cuore en Roma.
Desde 2001 hasta 2007 ha desarrollado su carrera como docente e investigadora en bioética en el Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Universidad LUISS-Guido Carli en Roma.
En 2002 fue nombrada Experta Científica del Comité Nacional para la Bioética por la Presidencia del Consejo de Ministros.
De 2013 a 2016 ha colaborado con el Pontificio Consejo para los Laicos y la Pontificia Academia para la Vida.
En la actualidad es profesora agregada de Bioética en la Facultad de Filosofía, así como profesora de esta materia en la Facultad de Filosofía y Jurisprudencia de la Universidad de los Estudios de Roma en Tor Vergata.
También es profesora en el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia en la Universidad Lateranense.
Nació en a Cortemaggiore, Piacenza, en 1965 y es madre de dos hijos. Está diplomada en Filosofía y Teología por la Eberhard-Karls-Universität de Tübingen (Alemania).
En 1999 se doctoró en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana y obtuvo el diploma de abogado de la rota en el Studium rotale del Tribunal de la rota Romana en 2002.
En 1994 obtuvo el diploma de praxis administrativa en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
En el Tribunal de primera instancia y de apelo del Vicariato de Roma ha desarrollado la actividad de Notario, Defensor del vínculo, auditor, y de juez.
En la Santa Sede ha sido Defensor del vínculo por el Tribunal de la rota Romana de 2003 a 2009. Pero también Comisario diputado en la Defensa del vínculo en las causas de disolución del matrimonio rato y no consumado en la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de 2006 a 2011.
Benedicto XVI fue el primero en nombrar una subsecretaria
Ya en el pasado, concretamente en el año 2010, el entonces Papa Benedicto XVI nombró a la italiana Flaminia Giovanelly como Subsecretaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz.
La doctora Giovanelli asumió el cargo del dicasterio en el que, hasta entonces, ya había servido durante 35 años. Una de sus metas principales entonces fue la difusión del pensamiento, para ser plasmado en obras concretas, de la encíclica Caritas in veritate de Benedicto XVI.
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El Papa reza en Santa María la Mayor para encomendar su viaje a Myanmar y Bangladesh
VATICANO, 25 Nov. 17 / 02:18 pm (ACI).- El Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, informó que el Papa Francisco se dirigió este sábado 25 de noviembre a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma para encomendar su próximo viaje a Myanmar y a Bangladesh que realizará del 26 de noviembre al 2 de diciembre.
“El Papa Francisco encomienda su viaje a María”, fue el mensaje del director de la Sala de Prensa del Vaticano difundido en la red social Twitter acompañado de una fotografía rezando ante la imagen mariana.
El Pontífice tiene como costumbre rezar ante la imagen de la Salus Populi Romani (Protectora del Pueblo Romano) antes de iniciar y después de concluir sus viajes internacionales.
También el Papa publicó en su perfil de Twitter un mensaje en el que señalaba que “mientras me preparo para visitar Myanmar y Bangladés, deseo enviar unas palabras de saludo y amistad a todos sus pueblos. ¡Tengo muchas ganas de encontrarles!”.
Francisco saldrá de Roma rumbo a Bangladesh en la noche del 26 de noviembre. Aterrizará el lunes 27 en el aeropuerto de Yangon, donde será acogido por las autoridades civiles y religiosas.
El martes 28 se trasladará en avión hasta Nay Pyi Taw, donde de nuevo recibirá una acogida oficial, y tendrá lugar la tradicional ceremonia de bienvenida. A continuación, realizará una visita de cortesía la Presidente y celebrará un encuentro con el consejero de estado y el ministro de Asuntos Exteriores. Esta reunión dará paso a un encuentro con las autoridades, la sociedad civil y con el cuerpo diplomático. Ahí el Pontífice pronunciará el primer discurso.
El miércoles 29, de nuevo en Yangón, celebrará la Misa en Kyaikkasan Ground, a lo que le seguirá un encuentro con el Consejo Supremo “Sangha” de los monjes budistas, religión mayoritaria en el país. Tras una hora, se reunirá con los obispos de Myanmar en un salón de la catedral de Santa María.
El jueves 30 tendrá una agenda repleta de eventos: celebrará una Misa con los jóvenes en la misma catedral y se despedirá del país en el aeropuerto de Yangon. Comenzará aquí la visita a Bangladesh con su visita a Daca, la capital. Allí llegará a las 15 hora local y tras ser recibido por las autoridades, visitará el Memorial Nacional de Mártires de Savar, donde tendrá lugar un homenaje al padre de la nación en el Museo Bangabandhu.
En la tarde, realizará una visita de cortesía al Presidente en el Palacio Presidencial y poco después celebrará el tradicional encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático también en el Palacio.
El día 1 celebrará Misa y ordenará a varios sacerdotes en el Parque Suhrawardy Udyan. Luego visitará al Primer Ministro en la Nunciatura apostólica y se trasladará a la catedral. Poco después los obispos del país se reunirán con el Papa en la Casa de los Sacerdotes ancianos. El último evento del día será un encuentro interreligioso y ecuménico por la paz en el jardín del Arzobispado.
El último día, sábado 2 de diciembre, mantendrá una visita privada a la casa madre Teresa de Tejgaon y un encuentro con los sacerdotes, religiosos, consagrados, seminaristas y novicios en la iglesia del Santo Rosario.
También visitará el cementerio parroquias y la antigua iglesia del Santo Rosario y le seguirá un encuentro con los jóvenes en el colegio Notre Dame de Daca.
A continuación, se dirigirá al aeropuerto y partirá de regreso a Roma, adonde llegará a las 17:05 hora local.
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Estos son los motivos por los que el Papa Francisco viaja a Myanmar y a Bangladesh
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
VATICANO, 25 Nov. 17 / 09:40 am (ACI).- Del 26 de noviembre al 2 de diciembre el Papa Francisco viajará a Myanmar y Bangladesh en una visita considerada de gran trascendencia debido a la complicada situación diplomática entre ambos países.
Desde el mes de agosto de 2017, millones de musulmanes de Myanmar han abandonado sus hogares y han huido a Bangladesh como consecuencia de la persecución de la que son víctimas por parte de las autoridades militares de su país.
A pesar de ser fronterizos, Myanmar y Bangladesh son dos países muy diferentes. Myanmar, cuyo nombre internacionalmente reconocido es Birmania, es un país de 50 millones de habitantes en el que el 74,69% son budistas. Los musulmanes, a los que se les denomina de forma despectiva “rohingya”, representan el 3,77% de la población.
Bangladesh, por el contrario, es un país mayoritariamente musulmán. Es un territorio muy pequeño con una gran densidad de población: acoge a unos 156 millones de habitantes en un territorio de solo 143 mil 998 kilómetros cuadrados.
En numerosas ocasiones, el Papa Francisco ha mostrado su preocupación por el respeto a los derechos humanos de las minorías en Myanmar, y ha reclamado respeto para la minoría musulmana birmana, que han sido desposeídos de su ciudadanía.
Por lo tanto, es indudable que el tema de los derechos humanos tendrá un especial protagonismo en la visita papal. Sin embargo, no es el único motivo por el que Francisco viaja a estos dos países asiáticos.
En dos mensajes de video publicados el 17 y el 21 de noviembre, Francisco destacaba que el motivo de su viaje es “proclamar el Evangelio de Jesucristo, un mensaje de reconciliación, de perdón y de paz”.
En sus mensajes recordaba que el Evangelio “enseña la dignidad de cada hombre y mujer, y nos llama a abrir nuestros corazones a los demás, especialmente a los más pobres y necesitados”.
Insistía en su voluntad de “confirmar a la comunidad católica en su fe en Dios y en su testimonio en el Evangelio” en Myanmar y en Bangladesh, y recordaba que el Evangelio “enseña la dignidad de cada hombre y mujer, y exige abrir nuestros corazones a los demás, especialmente a los pobres y necesitados”.
Aunque es un viaje de gran importancia en este pontificado, no es la primera vez que un Obispo de Roma viaje a Bangladesh. El Papa Pablo VI visitó Bangladesh en el viaje apostólico que realizó por el continente asiático entre el 25 de noviembre y el 5 de diciembre de 1970.
También el Papa San Juan Pablo II estuvo en Bangladesh durante el viaje apostólico que realizó al sudeste asiático y Oceanía entre el 19 de noviembre y el 1 de diciembre de 1986.
Por otro lado, Francisco será el primer Papa que visita Myanmar.
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COMIENZA EL VIAJE APOSTÓLICO DEL PAPA A MYANMAR Y BANGLADESH
El Santo Padre ha despegado a las 22:10 del aeropuerto de Fiumicino, Roma, dando comienzo a su Viaje Apostólico a los países asiáticos de Myanmar y a Bangladesh, del 26 de noviembre al 2 de diciembre.
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El Papa Francisco ya se encuentra en Myanmar y da inicio a su viaje apostólico
Foto: Edward Pentin / ACI Prensa
VATICANO, 27 Nov. 17 / 02:29 am (ACI).- El Papa Francisco se encuentra ya en Myanmar después de un viaje de diez horas que le llevó de Italia al país asiático, donde fieles y ciudadanos de diferentes confesiones religiosas le esperan con gran interés y alegría por una visita que tendrá un marcado carácter pastoral y evangélico en un momento de especial dificultad.
El Santo Padre despegó a las 22.10 del aeropuerto internacional de Roma-Fiumicino en un avión A 330 de la aerolínea italiana Alitalia, y aterrizó a las 13.30 (hora local de Myanmar) en el aeropuerto internacional de Rangún.
Durante el vuelo el Papa se dirigió a los periodistas que le acompañaban en el avión para agradecerles su compañía y desearles un buen trabajo: “Buenas noches y muchas gracias por la compañía. Gracias por vuestro trabajo. Les deseo una buena estancia…, dicen que hace mucho calor, lo lamento. Que por lo menos sea fructífero”, afirmó con buen humor.
A su llegada al aeropuerto de Rangún el Pontífice fue recibido por autoridades civiles del país, encabezadas por el Ministro Delegado del Presidente de la República, y religiosas, entre ellos los Obispos de la Iglesia en Myanmar.
El Cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Rangún, subió las escaleras del avión para saludar al Papa en el interior de la aeronave y acompañarle en su entrada al país. Visiblemente emocionado, el purpurado se arrodilló ante el Obispo de Roma y le besó el anillo del pescador.
En la pista de aterrizaje le esperaban también un grupo de niños vestidos con trajes tradicionales que entonaban cánticos y agitaban banderas del Vaticano y de Myanmar. Además, un grupo de religiosas entregó al Pontífice un ramo de rosas.
El Papa Francisco descansará todo el día de hoy para recuperarse del largo viaje y el martes 28 comenzará su agenda oficial de este viaje apostólico, el 21 de su Pontificado, que le llevará a recorrer Myanmar y Bangladesh hasta el próximo sábado 2 de diciembre.
Ese martes 28 el Papa se trasladará en avión hasta Nay Pyi Taw, donde de nuevo le recibirán con una acogida oficial, y tendrá lugar la tradicional ceremonia de bienvenida.
A continuación, realizará una visita de cortesía la Presidente y celebrará un encuentro con el consejero de estado y el ministro de Asuntos Exteriores. Esta reunión dará paso a un encuentro con las autoridades, la sociedad civil y con el cuerpo diplomático. Ahí el Pontífice pronunciará el primer discurso.
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El Papa Francisco se reúne con jefe de las fuerzas armadas en Myanmar
Foto: Edward Pentin / ACI Prensa
VATICANO, 27 Nov. 17 / 08:31 am (ACI).- El Papa Francisco se reunió en la sede del Arzobispado de Rangún, Myanmar, con el General Ming Aung Hlaing, máxima autoridad de las Fuerzas Armadas del país asiático, y conversaron durante 15 minutos.
Según explicó el Director de la sala de prensa del Vaticano, Greg Burke, en la reunión, prevista inicialmente para el jueves 30 de noviembre, también estaban presentes tres tenientes generales y un teniente coronel.
Greg Burke informó de que el Santo Padre y el General Ming Aung Hlaing hablaron “de la gran responsabilidad de la autoridad del país en este momento de transición”.
Al finalizar la visita de cortesía, el Papa regaló al General la Medalla del Viaje Apostólico, mientras que el General regaló al Pontífice un arpa con forma de barca y un cuenco decorado para arroz.
Esta visita es de gran importancia debido al enorme poder e influencia política que el Ejército tiene en Myanmar. De hecho, el mismo nombre del país es una imposición de los militares. El único nombre oficial reconocido por la comunidad internacional para este país es el de Birmania o Burma.
El Papa Francisco aterrizó este lunes 27 de noviembre en el aeropuerto internacional de Rangún para el viaje apostólico que realizará a Myanmar y Bangladesh hasta el próximo sábado 2 de diciembre.
Myanmar y Bangladesh se encuentran en una delicada situación diplomática como consecuencia de la llegada de millones de refugiados musulmanes birmanos, los llamados “rohingya”, a la frontera de Bangladesh debido a la persecución y violencia de la que son objeto por parte de las fuerzas de seguridad.
El Pontífice destacó en dos mensajes de video publicados el 17 y el 21 de noviembre el carácter pastoral de este viaje, y señaló que su objetivo es “proclamar el Evangelio de Jesucristo, un mensaje de reconciliación, de perdón y de paz”.
El Papa Francisco comenzará su agenda en el país el martes 28 con su traslado en avión hasta Nay Pyi Taw. Allí se reunirá con el Presidente del país y otras autoridades políticas y pronunciará su primer discurso.
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La pequeña y acosada comunidad católica de Bangladesh espera con ansias al Papa
Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 27 Nov. 17 / 11:20 am (ACI).- Con su llegada este lunes 27 de noviembre al aeropuerto internacional de Rangún, Myanmar, el Papa Francisco comenzó un viaje apostólico que le llevará también a Bangladesh del 30 de noviembre al 2 de diciembre.
Allí, le espera una pequeña comunidad católica con una fe fuerte, pero acosada por el creciente extremismo islámico.
Bangladesh tiene una población de más de 150 millones de habitantes en un territorio muy pequeño. El 89% de la población es musulmana suní. Además, hay pequeñas comunidades budistas, hindúes y cristianas.
La comunidad cristiana ha crecido en los últimos años gracias, en gran parte, a las conversiones de musulmanes, la mayoría a iglesias protestantes. Sin embargo, no existen datos oficiales ya que los conversos deben mantenerse en la clandestinidad y seguir aparentando ser musulmanes.
El Informe de Libertad Religiosa 2017 de Ayuda a la Iglesia Necesitada explica que, si bien históricamente Bangladesh ha sido un país mayoritariamente musulmán en el que la gente practicaba un islam moderado, en los últimos años esta situación ha cambiado como resultado del auge de grupos extremistas.
El informe señala que en los últimos 18 meses se han registrado 48 asesinatos, 28 de los cuales fueron reivindicados por Al Qaeda y Estado Islámico. Algunos cristianos, al igual que fieles de otras religiones, se han visto obligados a abandonar el país debido a las presiones de la mayoría islámica.
En un reciente video difundido en redes sociales por la agencia AFP se recogen testimonios de cristianos que han sufrido estas persecuciones.
Bidhan Kamol Rosario, cristiano de Bangladesh, afirma con orgullo que “nosotros somos cristianos”. Señala que las autoridades les persiguen por comulgar con el vino con la justificación de que el islam prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas.
“El vino es la santa sangre en nuestra religión. Si lo bebemos y salimos, las fuerzas de seguridad nos lo hacen pasar mal. Nos dicen: ‘¡Eh, tú! ¡Ven aquí!’. Entonces huelen nuestro aliento y nos preguntan si hemos bebido vino. Si decimos que sí, nos llevan a la comisaría de policía y nos piden que los sobornemos. Pueden pedirnos entre 50.000 taka (612 dólares) y 100.000 taka (1.225 dólares)”.
El P. Jayanta Gomes, sacerdote diocesano, muestra su esperanza en que la presencia del Papa ayude a los cristianos del país, pero también para los refugiados “rohingya”, que huyen de la persecución que sufren en Myanmar.
“Creo firmemente que la visita del Papa Francisco será muy significativa para todos los bangladesíes. En especial, creemos que hablará sobre el desplazamiento de la comunidad rohingya. No esperamos otra cosa que deseos de paz y armonía”.
Entre los actos que el Papa Francisco presidirá en Bangladesh destacan la celebración de la Santa Misa y la ordenación sacerdotal del viernes 1 de diciembre, y el encuentro con sacerdotes, religiosos, consagrados, seminaristas y novicias el sábado 2.
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El Papa se reúne con las máximas autoridades de Myanmar y les pide justicia
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 28 Nov. 17 / 05:12 am (ACI).- Tras haber celebrado la Santa Misa y haber mantenido un encuentro interreligioso con representantes católicos, anglicanos, budistas, hinduistas y judíos de Myanmar en la sede del Arzobispado de Ragún, el Papa Francisco se ha trasladado en avión a la localidad de Nay Pyi Taw para su encuentro con las máximas autoridades del país, a las que pidió “justicia, paz y unidad”.
En la pista de aterrizaje del aeropuerto, bajo un sol radiante y con la habitual presencia de prensa y fieles, le ha recibido con honores de Jefe de Estado el Ministro Delegado del Presidente.
Posteriormente, el Santo Padre se ha trasladado en auto al Palacio Presidencial donde, a las 15.50 hora local, ha tenido lugar la Ceremonia oficial de bienvenida a Myanmar presidida por el Presidente Htin Kyaw, Jefe de Estado de la República de la Unión de Myanmar, nombre oficial del Estado impuesto por las autoridades militares del país pero no reconocido por la comunidad internacional, que siguen considerando como único nombre legal Birmania. Tras el acto de bienvenida, han entrado juntos en el Palacio Presidencial.
Antes de pasar a un salón para el encuentro privado entre ambos mandatarios, el Pontífice firmó en el Libro de Honor de autoridades y jefes de Estado. En su firma, el Papa escribió un breve mensaje: “Sobre todas las personas amadas de Myanmar, invoco las bendiciones divinas de justicia, paz y unidad”, fueron las palabras estampadas por el Obispo de Roma.
Al término, Francisco acompañó al Presidente y a su familia a un salón donde se desarrolló un encuentro privado que finalizó con el intercambio de regalos. El Papa regaló al Presidente una reproducción de un códice conservado en la Biblioteca Apostólica Vaticana y un manuscrito en papel en formato “acordeón” constituido por 82 pliegues en el que se narra en lengua birmana la vida de Buda en 7 episodios.
Tras el intercambio de regalos, el Presidente acompañó al Papa a la Sala del Cuerpo Diplomático para el encuentro con la Consejera de Estado y Ministra de Asuntos Exteriores, Aung San Suu Kyi, distinguida en el año 1991 con el Premio Nobel de la Paz.
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TEXTO: Discurso del Papa a las autoridades y la sociedad civil de Myanmar
Foto. Edward Pentin / ACI Prensa
VATICANO, 28 Nov. 17 / 06:01 am (ACI).- El Papa Francisco mantuvo un encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático de Myanmar (Birmania) en el “Myanmar International Convention Center” de la ciudad de Naipyidó y antes de partir a Yangón.
En su discurso, el Pontífice expresó que “las diferencias religiosas no deben ser una fuente de división y desconfianza, sino más bien un impulso para la unidad, el perdón, la tolerancia y una sabia construcción de la nación”.
A continuación, el discurso completo del Papa Francisco:
Señora Consejera de Estado,
excelentísimos miembros del Gobierno y Autoridades Civiles,
señor Cardenal, venerados Hermanos en el Episcopado,
distinguidos miembros del Cuerpo Diplomático,
señoras y señores:
Deseo expresar mi viva gratitud por la amable invitación para visitar Myanmar y agradezco a la Señora Consejera de Estado sus cordiales palabras.
Doy las gracias de corazón a todos aquellos que han trabajado incansablemente para hacer posible esta visita. He venido especialmente para rezar con la pequeña pero ferviente comunidad católica de esta nación, para confirmarla en la fe y alentarla a seguir contribuyendo al bien del País. Estoy muy contento de que mi visita se realice tras el establecimiento de relaciones diplomáticas formales entre Myanmar y la Santa Sede. Quiero ver esta decisión como una señal del compromiso de la nación para continuar buscando el diálogo y la cooperación constructiva dentro de la comunidad internacional, así como también para seguir esforzándose en renovar el tejido de la sociedad civil.
Quisiera además en esta visita llegar a toda la población de Myanmar y ofrecer una palabra de aliento a todos aquellos que están trabajando para construir un orden social justo, reconciliado e inclusivo. Myanmar ha sido bendecido con el don de una belleza extraordinaria y de numerosos recursos naturales, pero su mayor tesoro es sin duda su gente, que ha sufrido y sigue sufriendo a causa de los conflictos civiles y de las hostilidades que durante demasiado tiempo han creado profundas divisiones. Ahora que la nación está trabajando por restaurar la paz, la curación de estas heridas ha de ser una prioridad política y espiritual fundamental. Quiero expresar mi agradecimiento al Gobierno por los esfuerzos para afrontar este desafío, de modo particular a través de la Conferencia de Paz de Panglong, que reúne a representantes de los diversos grupos con el objetivo de poner fin a la violencia, generar confianza y garantizar el respeto de los derechos de quienes consideran esta tierra como su hogar.
En efecto, el difícil proceso de construir la paz y la reconciliación nacional sólo puede avanzar a través del compromiso con la justicia y el respeto de los derechos humanos. La sabiduría de los antiguos ha definido la justicia como la voluntad de reconocer a cada uno lo que le es debido, mientras que los antiguos profetas la consideraban como la base de una paz verdadera y duradera. Estas intuiciones, confirmadas por la trágica experiencia de dos guerras mundiales, condujeron a la creación de las Naciones Unidas y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos como fundamento de los esfuerzos de la comunidad internacional para promover la justicia, la paz y el desarrollo humano en todo el mundo y para resolver los conflictos ya no con el uso de la fuerza, sino a través del diálogo. En este sentido, la presencia del Cuerpo Diplomático entre nosotros testimonia no sólo el lugar que ocupa Myanmar entre las naciones, sino también el compromiso del país por mantener y aplicar estos principios fundamentales. El futuro de Myanmar debe ser la paz, una paz basada en el respeto de la dignidad y de los derechos de cada miembro de la sociedad, en el respeto por cada grupo étnico y su identidad, en el respeto por el estado de derecho y un orden democrático que permita a cada individuo y a cada grupo —sin excluir a nadie— ofrecer su contribución legítima al bien común.
En la gran tarea de reconciliación e integración nacional, las comunidades religiosas de Myanmar tienen un papel privilegiado que desempeñar. Las diferencias religiosas no deben ser una fuente de división y desconfianza, sino más bien un impulso para la unidad, el perdón, la tolerancia y una sabia construcción de la nación. Las religiones pueden jugar un papel importante en la cicatrización de heridas emocionales, espirituales y psicológicas de todos los que han sufrido en estos años de conflicto. Inspirándose en esos valores profundamente arraigados, pueden contribuir también a erradicar las causas del conflicto, a construir puentes de diálogo, a buscar la justicia y ser una voz profética en favor de los que sufren. Es un gran signo de esperanza el que los líderes de las diversas tradiciones religiosas de este país, con espíritu de armonía y de respeto mutuo, se esfuercen en trabajar juntos en favor de la paz, para ayudar a los pobres y educar en los auténticos valores humanos y religiosos. Al tratar de construir una cultura del encuentro y la solidaridad, contribuyen al bien común y sientan las bases morales indispensables en vistas de un futuro de esperanza y prosperidad para las generaciones futuras.
Ese futuro está todavía en manos de los jóvenes de la nación. Ellos son un regalo que hay que apreciar y alentar, una inversión que producirá un fruto abundante si se les ofrecen oportunidades reales de empleo y una educación de calidad. Esta es una exigencia urgente de justicia intergeneracional. El futuro de Myanmar, en un mundo interconectado y en rápida evolución, dependerá de la formación de sus jóvenes, no sólo en el campo de la técnica, sino sobre todo en los valores éticos de la honestidad, la integridad y la solidaridad humana, que aseguran la consolidación de la democracia y el aumento de la unidad y la paz en todos los niveles de la sociedad. La justicia intergeneracional también exige que las generaciones futuras reciban en herencia un entorno natural que no esté contaminado por la codicia y la rapacería humana. Es esencial que no se les robe a nuestros jóvenes la esperanza y la posibilidad de emplear su idealismo y su talento en remodelar el futuro de su país, es más, de toda la familia humana.
Señora Consejera de Estado, queridos amigos.
En estos días, me gustaría alentar a mis hermanos y hermanas católicos a perseverar en su fe y a seguir anunciando su mensaje de reconciliación y fraternidad a través de obras de caridad y humanitarias, que beneficien a toda la sociedad en su conjunto. Espero que, en cooperación respetuosa con los seguidores de otras religiones y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, contribuyan a abrir una nueva era de concordia y progreso para los pueblos de esta querida nación. Larga vida a Myanmar. Les agradezco su atención y, con los mejores deseos por su servicio al bien común, invoco sobre ustedes los dones celestiales de sabiduría, fortaleza y paz.
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El Papa a líderes religiosos en Myanmar: Construyamos la paz y la unidad en la diferencia
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 28 Nov. 17 / 01:13 am (ACI).- El segundo día del Papa Francisco en Birmania (conocida ahora como Myanmar), dio inicio con una reunión interreligiosa con representantes católicos, anglicanos, budistas, hinduistas y judíos a los que recordó que a pesar de las diferencias deben estar unidos para vivir en paz y pidió no dejarse llevar por las colonizaciones culturales.
Después de un día en la ciudad de Ragún y antes de dirigirse a Naipyidó, el Pontífice mantuvo este encuentro en el que agradeció su “generosidad” por acudir al mismo.
“En el momento en que ustedes hablaban me vino a la mente una oración. Una oración tomada del Libro de los Salmos: ‘que hermoso es ver a los hermanos unidos’. Unidos no quiere decir iguales. La unidad no es uniformidad”, dijo Francisco.
El Santo Padre añadió que “cada uno tiene sus valores, sus riquezas, y también sus deficiencias”, y “cada confesión tiene sus riquezas, sus tradiciones, sus riquezas para dar. Y esto solamente puede ser si vivimos en paz”.
“La paz se construye en el coro de las diferencias. La unidad siempre se da en la diversidad. Uno de ustedes usó la palabra armonía. Esa es la paz”.
El Papa señaló que “nosotros experimentamos una tendencia hacia la uniformidad”. “Eso es marcar la humanidad. Eso es una colonización cultural. Nosotros debemos de entender la riqueza de nuestras diferencias étnicas, religiosas, populares… y desde esas diferencias se da el diálogo”.
“Uno aprende del otro que, como hermanos, se van ayudando a construir este país, que incluso geográficamente tiene tantas riquezas. La naturaleza en Myanmar es muy rica. No tengamos miedo a las diferencias. Uno es nuestro padre. Nosotros somos hermanos. Querámonos como hermanos. Y si discutimos entre nosotros, como hermanos. Que enseguida se reconcilian. Siempre vuelven a ser hermanos. Yo pienso que solo así tendremos la paz”.
Para terminar, les exhortó de nuevo a construir la paz y les advirtió de que “no se dejen igualar por la colonización”.
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El respeto a cada persona y grupo son fundamentales para alcanzar la paz, dice el Papa
Por Álvaro de Juana
Foto: Edward Pentin / ACI Prensa
VATICANO, 28 Nov. 17 / 06:27 am (ACI).- El Papa Francisco ofreció su primer discurso público en Myanmar (la antigua Birmania), a las autoridades la sociedad civil y el cuerpo diplomático, a los que pidió dejar a un lado las diferencias porque crean división, y pidió respetar a las diferentes etnias del país.
“La sabiduría de los antiguos ha definido la justicia como la voluntad de reconocer a cada uno lo que le es debido, mientras que los antiguos profetas la consideraban como la base de una paz verdadera y duradera”, dijo durante su discurso.
Francisco subrayó que el futuro del país debe “ser la paz”, basada “en el respeto de la dignidad y de los derechos de cada miembro de la sociedad, en el respeto por cada grupo étnico y su identidad, en el respeto por el estado de derecho y un orden democrático que permita a cada individuo y a cada grupo —sin excluir a nadie— ofrecer su contribución legítima al bien común”, afirmó en clara alusión al conflicto con la etnia de los llamados rohinyá.
“He venido especialmente para rezar con la pequeña pero ferviente comunidad católica de esta nación, para confirmarla en la fe y alentarla a seguir contribuyendo al bien del país”, dijo al comenzar su intervención en el “Myanmar International Convention Center” en la ciudad de Naipyidó.
Francisco dijo que deseaba “ver esta decisión como una señal del compromiso de la nación para continuar buscando el diálogo y la cooperación constructiva dentro de la comunidad internacional, así como también para seguir esforzándose en renovar el tejido de la sociedad civil”.
Sobre el proceso de paz que vive el país, expresó la dificultad del mismo pero se mostró convencido de que “la reconciliación nacional sólo puede avanzar a través del compromiso con la justicia y el respeto de los derechos humanos”.
Al hablar de las diferentes confesiones religiosas apuntó que “no deben ser una fuente de división y desconfianza, sino más bien un impulso para la unidad, el perdón, la tolerancia y una sabia construcción de la nación”.
“Las religiones pueden jugar un papel importante en la cicatrización de heridas emocionales, espirituales y psicológicas de todos los que han sufrido en estos años de conflicto”.
Francisco opinó que se trata de “un gran signo de esperanza el que los líderes de las diversas tradiciones religiosas de este país, con espíritu de armonía y de respeto mutuo, se esfuercen en trabajar juntos en favor de la paz, para ayudar a los pobres y educar en los auténticos valores humanos y religiosos”.
Tuvo también palabras hacia los jóvenes, a los que dijo que el futuro de país está en sus manos. “Ellos son un regalo que hay que apreciar y alentar, una inversión que producirá un fruto abundante si se les ofrecen oportunidades reales de empleo y una educación de calidad”.
“El futuro de Myanmar, en un mundo interconectado y en rápida evolución, dependerá de la formación de sus jóvenes, no sólo en el campo de la técnica, sino sobre todo en los valores éticos de la honestidad, la integridad y la solidaridad humana, que aseguran la consolidación de la democracia y el aumento de la unidad y la paz en todos los niveles de la sociedad”.
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TEXTO COMPLETO: Homilía del Papa Francisco en la Misa en Myanmar
RANGÚN, 28 Nov. 17 / 09:45 pm (ACI).- El Papa Francisco preside una Misa en el Kyaikkasan Ground en Rangún, Myanmar, ante miles de católicos con quienes meditó sobre la sabiduría de Dios, y la necesidad de curar las heridas con el amor y la misericordia de Dios.
A continuación, el texto completo de su homilía:
Queridos hermanos y hermanas: Desde antes de venir a este país, he estado esperando que llegara este momento. Muchos de vosotros habéis venido de lejanas y remotas tierras montañosas, algunos incluso a pie. Vengo como peregrino para escuchar y aprender de vosotros, y para ofreceros algunas palabras de esperanza y consuelo.
La primera lectura de hoy, tomada del libro de Daniel, nos ayuda a ver lo limitada que era la sabiduría del rey Baltasar y sus videntes. Ellos sabían cómo alabar «a sus dioses de oro y plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra» (Dn 5,4), pero no poseían la sabiduría para alabar a Dios, en cuyas manos está nuestra vida y nuestro aliento. Daniel, sin embargo, tenía la sabiduría del Señor y fue capaz de interpretar sus grandes misterios. El intérprete definitivo de los misterios de Dios es Jesús. Él es la sabiduría de Dios en persona (cf.1 Co 1,24).
Jesús no nos enseñó su sabiduría con largos discursos o grandes demostraciones de poder político o terreno, sino entregando su vida en la cruz. A veces podemos caer en la trampa de confiar en nuestra propia sabiduría, pero la verdad es que podemos fácilmente desorientarnos.
En esos momentos, debemos recordar que tenemos ante nosotros una brújula segura: el Señor crucificado. En la cruz, encontramos la sabiduría que puede guiar nuestras vidas con la luz que proviene de Dios. Desde la cruz también nos llega la curación. Allí, Jesús ofreció sus heridas al Padre por nosotros, las heridas que nos han curado (cf. 1 Pe 2,4). Que siempre tengamos la sabiduría de encontrar en las heridas de Cristo la fuente de toda curación. Sé que muchos en Myanmar llevan las heridas de la violencia, heridas visibles e invisibles. Existe la tentación de responder a estas heridas con una sabiduría mundana que, como la del rey en la primera lectura, está profundamente equivocada. Pensamos que la curación pueda venir de la ira y de la venganza. Sin embargo, el camino de la venganza no es el camino de Jesús.
El camino de Jesús es radicalmente diferente. Cuando el odio y el rechazo lo condujeron a la pasión y a la muerte, él respondió con perdón y compasión. En el Evangelio de hoy, el Señor nos dice que, al igual que él, también nosotros podemos encontrar rechazo y obstáculos, sin embargo él nos dará una sabiduría a la que nadie puede resistir (cf. Lc 21,15).
Está hablando del Espíritu Santo, gracias al cual el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones (Rm 5, 5). Con el don de su Espíritu, Jesús nos hace capaces de ser signos de su sabiduría, que vence a la sabiduría de este mundo, y de su misericordia, que alivia incluso las heridas más dolorosas.
En la víspera de su pasión, Jesús se entregó a sus apóstoles bajo los signos del pan y del vino. En el don de la Eucaristía, no sólo reconocemos, con los ojos de la fe, el don de su cuerpo y de su sangre, sino que también aprendemos cómo encontrar descanso en sus heridas, y a ser purificados allí de todos nuestros pecados y de nuestros caminos errados.
Queridos hermanos y hermanas, que encontrando refugio en las heridas de Cristo, puedan saborear el bálsamo saludable de la misericordia del Padre y encontrar la fuerza para llevarlo a los demás, para ungir cada herida y recuerdo doloroso.
De esta manera, serán testigos fieles de la reconciliación y la paz, que Dios quiere que reine en todos los corazones de los hombres y en todas las comunidades.
Sé que la Iglesia en Myanmar ya está haciendo mucho para llevar a otros el bálsamo saludable de la misericordia de Dios, especialmente a los más necesitados. Hay muestras claras de que, incluso con medios muy limitados, muchas comunidades anuncian el Evangelio a otras minorías tribales, sin forzar ni coaccionar, sino siempre invitando y acogiendo.
En medio de tanta pobreza y dificultades, muchos de vosotros ofrecen ayuda práctica y solidaridad a los pobres y a los que sufren.
Con el servicio diario de vuestros obispos, sacerdotes, religiosos y catequistas, y en particular a través de la encomiable labor de la Catholic Karuna Myanmar y de la generosa asistencia proporcionada por las Obras Misionales Pontificias, la Iglesia en este país está ayudando a un gran número de hombres, mujeres y niños, sin distinción de religión u origen étnico.
Soy testigo de que la Iglesia aquí está viva, que Cristo está vivo y está aquí con vosotros y con vuestros hermanos y hermanas de otras comunidades cristianas. Los animo a seguir compartiendo con los demás la valiosa sabiduría que han recibido, el amor de Dios que brota del corazón de Jesús.
Jesús quiere dar esta sabiduría en abundancia. Él recompensará ciertamente vuestra labor de sembrar semillas de curación y reconciliación en vuestras familias, comunidades y en toda la sociedad de esta nación.
¿No nos dijo él que nadie se puede resistir a su sabiduría (cf. Lc 21,15)? Su mensaje de perdón y misericordia se sirve de una lógica que no todos querrán comprender y que encontrará obstáculos.
Sin embargo, su amor revelado en la cruz, en definitiva, nadie lo puede detener. Es como un GPS espiritual que nos guía de manera inexorable hacia la vida íntima de Dios y el corazón de nuestro prójimo.
La Santísima Virgen María siguió a su Hijo hasta la oscura montaña del Calvario y nos acompaña en cada paso de nuestro viaje terrenal. Que ella nos obtenga la gracia de ser mensajeros de la verdadera sabiduría, profundamente misericordiosos con los necesitados, con la alegría que proviene de encontrar descanso en las heridas de Jesús, que nos amó hasta el final.
Que Dios los bendiga a todos. Que Dios bendiga a la Iglesia en Myanmar. Que él bendiga a esta tierra con su paz. Que Dios bendiga a Myanmar.
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Católicos durmieron en un cementerio con la esperanza de ver al Papa Francisco
Foto: Edward Pentin (EWTN)
NAIPYIDO, 28 Nov. 17 / 07:02 pm (ACI).- Miles de fieles llegaron a la ciudad de Rangún (Myanmar) con la esperanza de ver al Papa Francisco, sin embargo, un grupo de ellos decidió pasar la noche en un lugar inusual: el cementerio de una iglesia local.
Según informó la agencia AFP, el cementerio de la iglesia San Francisco de Asís, en Rangún, es el único lugar que quedaba libre para acampar, mientras los católicos ingresan desde las fronteras de Myanmar para tener la oportunidad de ver al Santo Padre.
Así, delgadas mantas de mimbre se ven entre las tumbas de mármol de antiguos sacerdotes, formando un dormitorio improvisado al aire libre.
Uno de los fieles que decidió dormir en el cementerio es Zaw Ba, de 52 años, que hizo un viaje en tren de dos días para llegar a Rangún, capital de la ex Birmania hasta el año 2005, cuando fue reemplazada por Naipyido.
"Está bien para nosotros, estamos felices de tener un lugar para dormir", afirmó. "Y hay mucha gente aquí, así que no tenemos miedo", agregó Ba, que pernocta en el camposanto junto a otros mil fieles.
Myanmar tiene 51 millones de habitantes, de los cuales 700 mil son católicos.
El Papa Francisco permanecerá en este país asiático hasta el 30 de noviembre, cuando partirá para iniciar su visita apostólica a Bangladesh, donde estará hasta el sábado 2 de diciembre.
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TEXTO: Discurso del Papa en el Encuentro con el Consejo Supremo budista en Myanmar
VATICANO, 29 Nov. 17 / 05:34 am (ACI).- El Papa Francisco celebró un encuentro con el Consejo Supremo Sangha budista de Myanmar en el templo más venerado de Asia sur-oriental en la Ciudad birmana de Yangón.
En el Kaba Aye Center, fue recibido por el ministro para los Asuntos Religiosos y e Cultura, así como el Presidente del Comité Sangha.
El Pontífice subrayó que “las heridas causadas por los conflictos, la pobreza y la opresión persisten, y crean nuevas divisiones, aunque la sociedad haya alcanzado un gran progreso tecnológico y las personas en el mundo sean cada vez más conscientes de que comparten la misma naturaleza humana y el mismo destino”.
A continuación, el texto completo del discurso:
Es una gran alegría para mí estar hoy con vosotros. Agradezco al Ven. Bhaddanta Kumarabhivamsa, Presidente del Comité de Estado Sangha Maha Nayaka, por sus palabras de bienvenida y por el esfuerzo realizado para organizar mi visita hoy aquí. Los saludo a todos, y agradezco de modo particular la presencia de Su Excelencia Thura Aung Ko, Ministro para los Asuntos Religiosos y la Cultura.
Nuestro encuentro es una ocasión importante para renovar y reforzar los lazos de amistad y de respeto que unen a los budistas y a los católicos. Es también una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso por la paz, el respeto de la dignidad humana y la justicia para todos los hombres y mujeres. No sólo en Myanmar, sino también en todo el mundo, las personas necesitan que los líderes religiosos den este testimonio común. Porque, cuando nosotros hablamos con una sola voz, afirmando el valor perenne de la justicia, de la paz y de la dignidad fundamental de todo ser humano, ofrecemos una palabra de esperanza. Ayudamos a los budistas, a los católicos y a todos a luchar por alcanzar una mayor armonía en sus comunidades.
En todas las épocas, la humanidad ha experimentado injusticias, momentos de conflicto y desigualdades entre las personas. En nuestro tiempo, estas dificultades parecen ser particularmente graves. Las heridas causadas por los conflictos, la pobreza y la opresión persisten, y crean nuevas divisiones, aunque la sociedad haya alcanzado un gran progreso tecnológico y las personas en el mundo sean cada vez más conscientes de que comparten la misma naturaleza humana y el mismo destino. Frente a estos desafíos, jamás debemos resignarnos. Sobre las bases de nuestras respectivas tradiciones espirituales, sabemos que existe un camino que nos permite avanzar, que lleva a la curación, a la mutua comprensión y al respeto. Un camino basado en la compasión y en el amor.
Manifiesto mi estima a todos los que en Myanmar viven según las tradiciones religiosas del Budismo. A través de las enseñanzas de Buda, y el testimonio elocuente de muchos monjes y monjas, la gente de esta tierra ha sido formada en los valores de la paciencia, de la tolerancia y del respeto por la vida, así como en una espiritualidad atenta y profundamente respetuosa de nuestro medio ambiente. Como sabemos, estos valores son esenciales para un desarrollo integral de la sociedad, a partir de la familia, que es la unidad más pequeña pero más esencial, para luego extenderse a la red de relaciones que nos ponen en estrecha conexión —relaciones enraizadas en la cultura, en la pertenencia étnica y nacional, pero en definitiva enraizadas en la pertenencia a la misma naturaleza humana. En una auténtica cultura del encuentro, estos valores fortalecen a nuestras comunidades y las ayudan para que puedan iluminar al conjunto de la sociedad con esa luz tan necesaria.
El gran desafío de nuestros días es el de ayudar a las personas a que se abran a la trascendencia. A que sean capaces de mirar en su interior y de conocerse a sí mismas de manera que puedan reconocer la interconexión recíproca con los demás. Darse cuenta de que no podemos permanecer aislados los unos de los otros. Si debemos estar unidos, como es nuestro propósito, es necesario superar todas las formas de incomprensión, de intolerancia, de prejuicio y de odio. ¿Cómo podemos hacerlo? Las palabras de Buda nos ofrecen a todos una guía: «Conquista al hombre airado mediante el amor; conquista al hombre de mala voluntad mediante la bondad; conquista al avaro mediante la generosidad; conquista al mentiroso mediante la verdad» (Dhammapada, XVII, 223). Son sentimientos parecidos a los que se expresan en la oración atribuida a san Francisco de Asís: «Señor, hazme instrumento de tu paz. Que donde hay odio, yo ponga el amor. Que donde hay ofensa, yo ponga el perdón […]. Que donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que donde hay tristeza, yo ponga la alegría».
Que esta sabiduría siga animando todos los esfuerzos que se realizan para promover la paciencia y la comprensión, y para curar las heridas de los conflictos que a lo largo de los años han dividido a personas de distintas culturas, etnias y convicciones religiosas. Estos esfuerzos no son sólo prerrogativas de los líderes religiosos, ni competencia exclusiva del Estado. Al contrario, la sociedad en su conjunto, todos aquellos que viven en la comunidad, son los que deben compartir la tarea de superar el conflicto y la injusticia. Sin embargo, los líderes civiles y religiosos tienen la responsabilidad propia de garantizar que cada voz sea escuchada, de forma que se puedan comprender con claridad y confrontar en un espíritu de imparcialidad y de recíproca solidaridad los desafíos y las necesidades del momento presente. Felicito al Panglong Peace Conference por el trabajo que está desarrollando en este ámbito, y ruego para que los que guían este esfuerzo puedan seguir promoviendo una mayor participación de todos los que viven en Myanmar. Esto ayudará al compromiso de avanzar en la paz, la seguridad y una prosperidad que incluya a todos.
Ciertamente, para que estos esfuerzos produzcan frutos duraderos, se necesitará una mayor cooperación entre los líderes religiosos. A este respecto, deseo que sepáis que la Iglesia Católica es un interlocutor disponible. Los momentos de encuentro y de diálogo entre los líderes religiosos demuestran que son un factor importante en la promoción de la justicia y de la paz en Myanmar. Sé que el pasado mes de abril la Conferencia de los Obispos Católicos ha organizado un encuentro de dos días sobre la paz, en el que han participado los líderes de las diferentes comunidades religiosas, junto a embajadores y representantes de agencias no gubernamentales. Estos encuentros son esenciales para profundizar en el conocimiento recíproco y afirmar los lazos que nos unen y nuestro destino común. La justicia auténtica y la paz consolidada se alcanzan sólo cuando están garantizadas para todos.
Queridos amigos, que los budistas y los católicos caminemos juntos a lo largo de este sendero de curación, y trabajemos hombro con hombro por el bien de cada uno de los habitantes de esta tierra. En las Escrituras Cristianas, el apóstol Pablo anima a sus oyentes a alegrarse con los que están alegres, y a llorar con los que lloran (cf. Rm 12,15), llevando con humildad los unos las cargas de los otros (cf. Ga 6,2). En nombre de mis hermanos y hermanas católicos, expreso nuestra disponibilidad para seguir caminando con vosotros y sembrar semillas de paz y de curación, de compasión y de esperanza en esta tierra.
Os doy las gracias nuevamente por haberme invitado a estar hoy aquí con vosotros. Invoco sobre todos la bendición divina de la alegría y de la paz.
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Papa Francisco: El amor de Cristo revelado en la cruz es como un GPS espiritual
Foto: L'Osservatore Romano
RANGÚN, 28 Nov. 17 / 10:56 pm (ACI).- En la Misa que presidió en el Kyaikkasan Ground en la ciudad de Rangún en Myanmar, el Papa Francisco afirmó que el amor de Cristo revelado en la cruz “es como un GPS espiritual”.
Ante unos 150 mil fieles presentes en la Misa que presidió el 29 de noviembre desde las 8:30 a.m. (hora local), el Santo Padre reflexionó sobre la sabiduría del Señor, y cómo ante el odio y la violencia, siempre respondió con misericordia y amor.
Al concluir la Misa y en sus palabras de agradecimiento por la presencia del Papa en Myanmar, el Arzobispo de Rangún (Yangon), Cardenal Charles Maung Bo, dijo que “esto es como la experiencia del Monte Tabor. Los católicos sencillos tienen una experiencia impresionante” y “la vida nunca será la misa para los católicos en Myanmar”.
“Hace solo un año, el pensamiento de este pequeño rebaño de partir el pan con el Santo Padre Francisco era solo un sueño. Somos un pequeño rebaño, somos como Zaqueo. Entre las naciones, no podemos ver a nuestro pastor. Como Zaqueo, si somos llamados, bajamos porque queremos ir a tu casa”.
“Santo Padre Francisco: Un buen pastor va por los pequeños y por los que son marginados. Usted ha dicho la palabra y ha partido el pan”, dijo el Cardenal.
El Purpurado dijo además que “este día quedará en cada corazón humano que está aquí. Nuestro queridísimo Santo Padre, todos los católicos te saludan aquí con corazón generoso”.
“Un milagro se ha obrado hoy. Todos volvemos como un milagro de Dios. Gracias y este pequeño rebaño reza por usted”.
“Muchas gracias, gracias por todo”, finalizó el Cardenal con esta frase en español.
La homilía
El “mensaje de perdón y misericordia” de Cristo, dijo el Pontífice en la homilía pronunciada en italiano y traducida a la lengua local para los asistentes, “se sirve de una lógica que no todos querrán comprender y que encontrará obstáculos”.
“Sin embargo, su amor revelado en la cruz, en definitiva, nadie lo puede detener. Es como un GPS espiritual que nos guía de manera inexorable hacia la vida íntima de Dios y el corazón de nuestro prójimo”, resaltó durante la Misa que fue celebrada en inglés, latín y algunas lenguas locales.
El Papa dijo además que “el intérprete definitivo de los misterios de Dios es Jesús. Él es la sabiduría de Dios en persona. Jesús no nos enseñó su sabiduría con largos discursos o grandes demostraciones de poder político o terreno, sino entregando su vida en la cruz”. “A veces podemos caer en la trampa de confiar en nuestra propia sabiduría, pero la verdad es que podemos fácilmente desorientarnos. En esos momentos, debemos recordar que tenemos ante nosotros una brújula segura: el Señor crucificado”.
En la cruz, continuó el Santo Padre, “encontramos la sabiduría que puede guiar nuestras vidas con la luz que proviene de Dios. Desde la cruz también nos llega la curación. Allí, Jesús ofreció sus heridas al Padre por nosotros, las heridas que nos han curado. Que siempre tengamos la sabiduría de encontrar en las heridas de Cristo la fuente de toda curación”.
El Papa dijo luego que la curación ante las heridas de la violencia no puede venir de la ira ni la venganza, ya que “el camino de Jesús es radicalmente diferente”.
“Cuando el odio y el rechazo lo condujeron a la pasión y a la muerte, él respondió con perdón y compasión. En el Evangelio de hoy, el Señor nos dice que, al igual que él, también nosotros podemos encontrar rechazo y obstáculos, sin embargo él nos dará una sabiduría a la que nadie puede resistir”.
“Con el don de su Espíritu, Jesús nos hace capaces de ser signos de su sabiduría, que vence a la sabiduría de este mundo, y de su misericordia, que alivia incluso las heridas más dolorosas”, prosiguió.
Francisco también animó a confiar en la Virgen María, para que “ella nos obtenga la gracia de ser mensajeros de la verdadera sabiduría, profundamente misericordiosos con los necesitados, con la alegría que proviene de encontrar descanso en las heridas de Jesús, que nos amó hasta el final”.
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El Papa pide a los budistas de Myanmar superar los prejuicios, el odio y sanar las heridas
Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 29 Nov. 17 / 05:57 am (ACI).- El Papa Francisco pidió a los budistas de Myanmar (la antigua Birmania) superar el “prejuicio” y el “odio” y sanar las heridas para llevar a las personas esperanza.
En el Kaba Aye Center de la ciudad de Yangón, el Santo Padre pronunció su discurso después de que los monjes budistas realizasen algunas oraciones, y a continuación destacó que el encuentro “es también una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso por la paz, el respeto de la dignidad humana y la justicia para todos los hombres y mujeres”.
En su opinión, “el gran desafío de nuestros días es el de ayudar a las personas a que se abran a la trascendencia” y a “que sean capaces de mirar en su interior y de conocerse a sí mismas de manera que puedan reconocer la interconexión recíproca con los demás”.
“Si debemos estar unidos, como es nuestro propósito, es necesario superar todas las formas de incomprensión, de intolerancia, de prejuicio y de odio”, expresó.
Francisco afirmó que las personas necesitan que los líderes religiosos den este testimonio común” y den palabras “de esperanza”.
A su vez les exhortó a cerrar las heridas “causadas por los conflictos, la pobreza y la opresión persisten” ya que “crean nuevas divisiones”. “Sabemos que existe un camino que nos permite avanzar, que lleva a la curación, a la mutua comprensión y al respeto. Un camino basado en la compasión y en el amor”, añadió.
El Santo Padre también reconoció que los birmanos han sido formados “en los valores de la paciencia, de la tolerancia y del respeto por la vida, así como en una espiritualidad atenta y profundamente respetuosa de nuestro medio ambiente”.
“Estos valores son esenciales para un desarrollo integral de la sociedad, a partir de la familia, que es la unidad más pequeña pero más esencial, para luego extenderse a la red de relaciones que nos ponen en estrecha conexión”.
En una auténtica cultura del encuentro, estos valores fortalecen a nuestras comunidades y las ayudan para que puedan iluminar al conjunto de la sociedad con esa luz tan necesaria.
Por tanto, abogó por “curar las heridas de los conflictos que a lo largo de los años han dividido a personas de distintas culturas, etnias y convicciones religiosas”.
“Ciertamente, para que estos esfuerzos produzcan frutos duraderos, se necesitará una mayor cooperación entre los líderes religiosos. A este respecto, deseo que sepáis que la Iglesia Católica es un interlocutor disponible”, manifestó.
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