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Los cinco minutos de María
1 de mayo
San José ha sido declarado por la Iglesia "Patrono de todos los obreros", de todos cuantos trabajan con sus manos.
Es que en la Sagrada Familia de Nazareth todos trabajaban con sus manos: San José en su taller de carpintería, Jesús como su ayudante y María como ama de casa en las tareas domésticas.
No consideres el trabajo como un castigo, sino como un medio que Dios pone a tu alcance para perfeccionar el mundo; el estudio y el trabajo son los dos medios principales de que dispones; pero no trabajes solo, deja que te acompañe María, para que ella eleve tu trabajo y lo oriente a Dios.
Madre del pueblo de Dios, que peregrina hacia la casa del Padre, no permitas que tu Iglesia se desoriente en el camino.
Padre Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 5
“No te pido, Madre, el don de las lágrimas, que es angustia disuelta ya en consuelo; que hay también un dolor del pensamiento que tiene una más clara austeridad.
Yo te pido esas claras ideas de mi indignidad, que son como las lentas lágrimas interiores del alma.
Mi corazón, Madre, es un vaso frágil y pequeño y no caben en él las cosas infinitas. Mi corazón está sucio y cansado de tanto amar las cosas; no me sirve para sentir tu angustia callada; para tu angustia, Señora, quiero reservar la intacta y serena amplitud de mi pensamiento” (José María Pemán)
Madre santa, santifica mi vida.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 6
“Ciertamente cumplió Santa María con toda perfección la voluntad del Padre y por esto es más importante su condición de discípula de Cristo que la de Madre de Cristo; es más dichosa por ser discípula de Cristo que por ser Madre de Cristo.
Por esto María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su Maestro, lo llevó en su seno; llevó en su seno el cuerpo de Cristo; más aún, guardó en su mente la verdad de Cristo.
Cristo es la verdad. Cristo tuvo un cuerpo; en la mente de María estuvo Cristo, la verdad; en su seno estuvo Cristo hecho carne” (San Agustín).
Madre, espejo de todas las virtudes, que sepa mirarme en ti para imitarte.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 7
El amor que María tuvo a Dios fue un amor verdaderamente perfecto, porque amó a Dios con toda su intensidad y esa intensidad llegó a tal grado que nunca jamás ningún ser creado pudo ni de lejos igualar.
Ella sola cumplió al pie de la letra el precepto de amar a Dios con todo el corazón, con todas las fuerzas, con toda la mente y con toda el alma.
La medida de nuestro amor a Dios la dará el hecho de amarlo sin medida, sin límites, sin restricciones ni excepciones de ninguna clase.
Como afirma San Pablo, nada nos podrá separar del amor de Cristo: ni el hambre, ni la persecución, ni la muerte, ni ninguna otra cosa; siempre estaremos unidos a Él con los vínculos de la caridad.
Madre de la que hemos recibido el fruto de la vida, que no perdamos esa vida.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
8 de mayo
San Pedro cayó en el pecado de negar al Maestro; pero luego consiguió el arrepentimiento y, tras el arrepentimiento, alcanzó el perdón.
No nos cuesta mucho imaginar que San Pedro acudió a la Madre de Jesús para que ella le alcanzara el perdón de su divino Hijo, y tampoco nos cuesta imaginar el afecto y la ternura con que fue recibido el apóstol pecador, arrepentido y lloroso.
Ese y no otro debe ser el camino que nosotros debemos seguir, si en alguna oportunidad caemos en pecado; no debemos desesperar del perdón, pues conocemos las entrañas de misericordia con que Dios nos espera, pero haremos muy bien en acudir a la Madre del perdón, para que sea ella la que nos presente al divino Redentor.
Madre del amor, suscita en nosotros el arrepentimiento sincero de nuestras culpas.
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Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
9 de mayo
Algunas veces se representa a María teniendo a su Hijo Jesús de pie en sus rodillas y mostrándolo así al mundo, como diciendo a los hombres: "Aquí tienen a mi Hijo, que es su Salvador, el único que los puede librar del pecado, causa de todos los males; acudan a Él, a fin de que Él les conceda la salvación que en vano buscan en otros lugares".
Despreocuparse de Cristo es renunciar a la salvación. Buscar la salvación en otro que no sea Cristo es caminar hacia el fracaso más doloroso.
Madre y Señora de toda la creación, preséntala al Padre, para que la salve.
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Los cinco minutos de María
Mayo 10
María dijo “sí” al enviado de Dios y asumió una vida pobre y humilde, llena de privaciones, y todo el dolor que significaría ser la Madre del Crucificado.
María percibió por la fe que, siendo Madre de Jesús, era la Madre del Mesías, siervo sufriente de su pueblo, con todo lo que eso suponía de dolor, humillación y muerte.
Por la fe, nosotros aceptamos a Cristo, pero debemos cobrar conciencia de que Cristo supone para nosotros sacrificios personales muy dolorosos, negaciones de nuestros gustos y conveniencias, humillaciones muy sentidas, muerte y renuncia a todo lo que no sea Dios.
Si nos abrazamos con Cristo, abracémonos con la cruz de Cristo.
Madre, que eres la omnipotencia suplicante, ruega por nosotros al Padre.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 11
Todos los actos de la vida de la Virgen estuvieron orientados hacia Dios. Todo lo hacía por su Hijo y para su Hijo; pero como su Hijo era Dios, todo en su vida empezaba y terminaba en Dios.
¿Podemos decir nosotros que Dios es el móvil de nuestros actos? ¿Nuestros actos se dirigen a Dios?
Cuanto hagamos en esta vida debe tener su proyección en la vida eterna, ya que esta vida terrena no tiene sentido en sí misma sino en cuanto es preparación para la vida definitiva. Por tanto, sepamos que todo cuanto no hagamos por Dios, se pierde y no tiene mérito para la vida eterna.
Madre, cuyo ruego poderoso es gracia y bendición, ruega por nosotros.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 12
María aparece pocas veces a lo largo de todo el Evangelio. Sin embargo, la descubrimos entrelíneas siempre acompañando a su Hijo; en su “ausencia”, descubrimos su presencia.
Es imposible no descubrir a María detrás de Jesús, en la penumbra pero influenciando; callada pero orientando; no dándose a conocer, pero colaborando siempre en la acción.
Madre de Cristo, el Hijo de Dios, que siempre colaboremos en la obra redentora del Señor.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 13
La imagen de María se nos sugiere siempre con los ojos entrecerrados y las manos recogidas en el pecho, guardando la intimidad que con Dios tiene en su Inmaculado Corazón. Pero también podemos pensar en María elevando sus ojos al cielo, como desprendiéndose de la tierra y aspirando a las cosas de las celestiales alturas.
Esa es la doble dimensión o vertiente que debe regir toda nuestra vida: la intimidad personal por la que gozamos de la presencia del Dios Uno y Trino en lo más recóndito de nuestro espíritu y la elevación sobre la oquedad de la tierra, anhelando siempre el azul de los cielos, la morada de Dios, el reino de María Inmaculada.
Madre, que nos diste al Esperado de los tiempos, guíanos en la búsqueda de un nuevo amanecer para la tierra.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 14
La felicidad del hijo reside en saber que su madre es plenamente feliz.
El cristiano sabe que su Madre del cielo, la dulce Virgen María, es inmensamente feliz y que es tal la felicidad que ella goza, que le alcanza para comunicarla a sus fieles hijos y sinceros devotos.
Como buena Madre, María se alegra cuando ve a sus hijos felices de sentirse hijos de Dios, amados por Dios, protegidos y paternalmente cuidados por su divina providencia. Y se entristece cuando ve que sus hijos sufren y, más aún, cuando ve que ellos se agobian en su sufrimiento.
Madre del Anunciado por los profetas, quédate con nosotros mientras trabajamos cada día para “que venga su reino”.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 15
Si estudiáramos la química del amor, conoceríamos los ingredientes que lo constituyen, los elementos que lo forman. Existe una química sobrenatural que transforma las cosas de la tierra y las convierte en realidades del cielo.
En María Santísima, el elemento principal y predominante que constituyó su amor fue la presencia de Dios activa en ella, de suerte que aun el amor que tiene a los hombres no es sino una proyección y extensión de su amor a Dios.
Nosotros amamos a nuestros prójimos por su dignidad de personas, y eso está muy bien, pero si amamos a los hombres con el amor de Dios, nuestro amor se cualifica y alcanza horizontes aún más elevados.
Madre amada, ruega por nosotros tus hijos para que nos amemos los unos a los otros con el amor con que Dios nos ama.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 16
Todos sentimos, lamentablemente con demasiada frecuencia, la tentación de recurrir a la fuerza, a la imposición, cuando no se aceptan nuestros criterios o no se siguen nuestros pareceres, gustos o conveniencias.
Si en estos casos acudiéramos a pedir consejo a la dulce Madre del cielo, ella ciertamente nos llevaría por otros caminos: el de la bondad, el de la comprensión, el de la paciencia, el de la humildad.
Nunca se equivocan los que siguen los consejos e inspiraciones de la Madre celestial; por eso es muy conveniente preguntarse, antes de obrar, cómo obraría María Santísima.
Madre, que eres alivio en el dolor, sé tú el bálsamo en nuestras penas.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 17
¡Qué triste, qué infeliz puede llegar a sentirse quien vive alejado, o al menos olvidado, de la Madre celestial! A su lado, se sienten nítidamente los latidos de su maternal Corazón y ella nos participa el suave calor de su regazo.
Vivir la vida espiritual bajo la influencia de María es comunicarle calidez, alegría y deseo de perfeccionamiento, es vivir iluminado con la luz de un ideal que sostiene todos los esfuerzos, reaviva todos los entusiasmos, alegra la vida entera.
No te alejes, no te olvides de María; antes tenla presente en todos los momentos, en todas tus empresas, en todos tus júbilos y en todas tus tristezas. Con su presencia, hasta la pena se hará más llevadera.
Madre clemente, toda llena de bondad, acompáñame, no me dejes solo.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 18
La conversión es más propiamente una actitud que un acto, y se asemeja a la disponibilidad de María ante el Señor.
En efecto, ella no tuvo nunca nada de que arrepentirse, pero ella estuvo siempre en actitud de disponibilidad a la voluntad de Dios, actitud que ella mismo expresó con su palabra. “He aquí la servidora del Señor”.
No te contentes tú con el primer paso de la conversión, volviendo a Dios; aspira a una conversión permanente, a ponerte de cara a Dios, sin darle ya nunca más la espalda, a estar delante de Dios siempre de pie, en disposición de escuchar siempre su Palabra.
Madre de los pobres, que yo adquiera el verdadero espíritu de pobreza evangélica que me permita volver a Dios.
* P. Alfonso Milagro
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Los cinco minutos de María
Mayo 19
El pensamiento de Dios es creador, san Juan nos afirma que todas las cosas han sido hechas por el Verbo de Dios.
Cuando Dios pensó en María, pensó en ella como Madre del Dios-Redentor y la predestinó para tan sublime misión, de suerte que María no podía existir sino tal como fue pensada por Dios: como Madre del Dios-Redentor.
Indudablemente Dios también pensó en nosotros y nos destinó a cumplir una misión en la vida; no podemos frustrar los planes de Dios. Seamos lo que Él quiere que seamos; si no, no seremos nada.
Madre digna de ser amada, Dios te hizo buena para Él y para nosotros.
* P. Alfonso Milagro
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