Amigo mío... tu no eres lo que parece tu aspecto exterior es como un traje que llevas puesto, un traje hecho cuidadosamente, que te protege de mis preguntas y a mí de tu negligencia
El Yo que hay en ti, amigo mío mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre, inadvertido, inabordable.
No quisiera creer en lo que dices no confiar en lo que haces, pues tus palabras no son otra cosa que tus propios pensamientos hecho sonido y tus hechos son tus propias esperanzas en acción.
Cuando digo: "El viento sopla hacia el Oriente" tu contestas: "si siempre sopla hacia el Oriente"; pues no quieres que sepa entonces que tu mente no mora en el viento, sino en el mar.
No puedo comprender tus navegantes pensamientos, ni tampoco te interesa que los comprenda pues, prefieres estar a solas en el mar.
Cuando es de día para mi, amigo mío es de noche para ti; sin embargo, todavía entonces hablas de la luz del día que danza en las montañas, y de la sombra púrpura que se abre paso por el valle; pues no quieres que escuche las canciones de tu oscuridad; ni me dejas ver tus alas que se agitan contra las estrellas...
Y no te interesa que oiga ni que vea lo que pasa en ti porque prefieres estar a solas en la noche...
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