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Pero no será el fin Podrá quebrarse el corazón un día, al volvernos la espalda quien nos ama, reventando en pedazos el programa que diseñara nuestra fantasía.
Pero no será el fin. La anatomía perdido habrá su tráfago en la cama, y, toro herido, se revuelve y brama, en desesperación, en agonía.
Pero no será el fin. La propia mente, en tiniebla glacial, lúgubremente, zozobrará en un sueño sofocante.
Pero no será el fin. Vendrá el momento en que apunte otra luz, sople otro viento, y el pasado aparezca irrelevante.
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