Muchas veces, me pregunto el porqué de la tristeza, o de la alegría, el porqué de la paz y de la guerra.
Muchas veces, me pregunto a dónde van a parar las palabras hermosas, las que hacen que la vida parezca otra.
Muchas veces, me pregunto a dónde van a parar los sueños no cumplidos, quizás, al fondo del corazón para salir en otro momento.
Muchas veces, me pregunto el porqué de la mentira, porqué la falsedad que tanto daño hace y no decir siempre la verdad, sea buena o mala, porque en ella radica la amistad.
Muchas veces, me pregunto el porqué de la desesperanza, de la falta de creencia o motivo por algo.
Me lo pregunto y me lo requetepregunto pero no obtengo respuesta.
La vida es dura, muy dura, eso es algo cierto.
Me pregunto porqué tanta soledad cuando las personas somos seres sociables y se hacen amistades a través de la red porque en nuestro entorno físico no existe esa realidad.
Me pregunto porqué tras la pantalla se transmiten tantos sentimientos y tanta amistad y tanto cariño, y en nuestro espacio físico se carece de tanta y tanta compañía.
El trabajo es eso, trabajo, apenas existe el compañerismo, cada uno tiene su propia tarea, sus problemas, sus historias, y ahí no cabe el darse cariño, el darse una mano, el arrimarse a un hombro cuando las fuerzas flaquean y no se sabe hacia dónde tirar.
Me pregunto si en el futúro no existirán las relaciones sociales y sólo servirá este medio para poder comunicarse uno.
No sé, la gente se queja de soledad, de falta de... pero tampoco se ve interés alguno por erradicar este vacío, este gran hueco en la vida, que es una pieza fundamental para poder vivir con felicidad.
Me pregunto y me pregunto y no llego a ningún lugar. Así es que dejaré de preguntarme y viviré como pueda mi día a día con mis penas y mi dificultad.
Autora: Rosa Mª