Oquedad, oscuridad, incertidumbre.
Nada más lejos deseo con vosotras estar,
mas será el destino el que me aguarda,
o será que yo no he sabido otra cosa buscar.
Rebelión contra la oquedad no ha habido,
mas sí luz para dejar la oscuridad,
mas la inseguridad es amiga de la incertidumbre.
Hastío de la soledad se ha convertido,
el día a día en mi triste camino,
mas, no deseo hallarme en el aislamiento,
pero en él triste y sin anhelos me encuentro.
Ya no quiero más lágrimas en mi vida sacar,
mas quiero que salga el sol en mi caminar,
un sol que irradie deseos de vivir en armonía,
y apartar la oscuridad que apaga la vitalidad.
Ya no quiero que la inseguridad me haga dudar,
mas dudar con la confianza de adquirir cordura,
mas valorar qué es lo mejor en cada paso dar.
Ya no quiero que la tristeza me invada la soledad,
mas sólo la tristeza es sinónimo de debilidad,
mas cuando la debilidad es quien domina,
ya en nada ni en nadie se puede la confianza poner ya.
Ya quisiera en mí sacar una enorme sonrisa,
que al mundo hiciera la paz encontrar,
mas no es sólo mi única esperanza la que espero,
sino que tal vez, en mí misma, la tormenta deje de asolar.
Autora: Rosa Mª