No hay que esperar a que venga la armonía, pues la armonía eres tú , soy yo, somos todos. No hay que esperar a que surja la felicidad, pues la felicidad son bellos momentos de pasar. No hay que esperar a que surja el amor, pues el amor se encuentra en cada uno, sólo que a unos u otros les surge mejor. No hay que esperar a que llegue el perdón, pues la mejor forma es que no haya rencor. No hay que esperar a ser mayor para crecer, pues se crece siempre que se desee aprender. No hay que esperar a que llegue la soledad, pues sólos estamos cada uno de nosotros, ya que nacemos sólos y morimos sólos. No hay que esperar a que alguien se vaya, para echarlo de menos en su retirada. No hay que esperar a expresar emociones, sobretodo si son de amor, paz y confianza.
Autora: Rosa Mª |