Y tomé una difícil decisión.
Y decidí la más difícil, para mí.
Y decidí, poner fin a lo fácil,
para adentrarme en la dificultad.
Y tomé una difícil decisión, sí.
Y decidí ir hacia la vida y el amor.
Y decidí tomar la esperanza,
que no tengo pero espero llegará.
Y decidí una difícil decisión:
Entre quedarme sin hacer nada,
o hacer algo que me cuesta el alma.
Y tomé una difícil decisión:
abandoné la sencillez de la inercia,
para pasar a la dificultad de la acción.
Y tomé la decisión de la incertidumbre,
porque decido salir de mi caparazón.
Y tomé una difícil decisión:
nadie podía elegir ni ayudarme en ella,
porque la dueña de mi vida soy yo,
y en los obstáculos que la vida presenta,
soy yo quien ha de levantar y seguir,
a no ser que, como hubiera querido,
hubiera preferido permanecer ahí.
Y tomé una difícil decisión:
si seguir el día a día del trabajo,
que para mí supone un gran abismo,
o permanecer cerrada en casa,
viendo como la vida pasa sin sentido.
Y tomé una difícil decisión:
decidir sin saber es costoso y doloroso,
pero más penoso decidir morir viviendo,
porque aunque el trabajo me da dolor,
aunque no me sienta segura en él,
tengo la dicha de tener trabajo seguro,
y a él tengo que acudir sin saber.
Y tomé una difícil decisión:
podía permanecer aquí, sentada, sóla,
dejando que los días pasaran sin más,
pero mi corazón se cierra cada día,
y no deseo para él más que amor y paz.
Y tomé una difícil decisión:
o renunciar a la vida y permanecer sóla,
o abrirme a ella y arañar la sobreposición.
Y decidí que cerrándome en mí misma,
aumento mi desdicha y mi falta de amor.
Y decidí que, aunque me cueste mucho,
he de esforzarme para crecer aun con dolor.
Y decidí que, aunque me cueste mucho,
acudiré al trabajo y no diré adiós.
Y decidí que, por más que me cueste,
más penoso es quedarme inerte.
Y tomé una difícil decisión:
la de crecer como persona diariamente,
aun cuando tenga que alzarme muchas veces.
Y tomé una difícil decisión:
la de pasar mucha angustia y mejorar,
o la de no hacer nada y no saber de los demás.
Y dado que quiero crecer como persona,
es mejor dar un paso al mundo y no hacia mí,
porque encerrada en mi propia coraza,
no doy mas que pasos a la desesperanza,
y no hay nada peor en el camino de la vida,
que caminar sin un rayo de luz y fe.
Ahora, que ya he tomado la decisión,
ahora, que estoy angustiada por ella,
no me arrepiento por haberlo hecho,
pues las decisiones fáciles y sin logro,
no son más que para regreder y sentir ahogo.
Ahora, que ya he tomado una decisión,
ahora que doy una paso más en esta vida,
aunque no tenga confianza en mí,
aunque yo no tenga valía alguna,
sé que menos valía es quedarme dentro de mí.
Aunque me falle la seguridad y la confianza,
espero y deseo poder alzar el vuelo por fin.
Y tomé una difícil decisión:
pero vale la pena porque lleva a ser mejor,
y con ello espero poder darte más cariño y amor,
Y tomé una difícil decisión:
la de trabajar duro día a día y esforzarme,
y caminar bajo el techo de la esperanza y la ilusión.
Autora: Rosa Mª