MINERO
DE
CHIQUITO BENITEZ
Me acostumbré
a convivir con la oscuridad,
con el trabajo de extraer
minerales por doquier,
sentir que el metal
forma parte de uno,
rozarse con el peligro
permanente,
quizás sabiendo por el subconciente
que una excavación en falso
podría terminar con la vida...
Pero el desafío
por hacer el trabajo,
prevalece más
que cualquier cosa,
se deja de lado los temores
y se hechan manos
a la obra,
con la mina no se negocia,
simplemente uno se interna
en ella para sacar sus maravillas,
aceptando los riesgos...
Hoy puedo decir,
que creo en Dios,
porque con un grupo
de compañeros nos quedamos
atrapados a más de seiscientos metros
de profundidad,
ya no pudimos ver más el sol,
ni el seguimiento de la luna
en companía de las estrellas
por el desierto desapacible...
Creímos que nunca más
veríamos a nuestros seres queridos,
en ese momento,
cuando se está en juego
la vida,
uno comienza a hacer catarsis
y trata de balancear,
poner de un lado las cosas
que hizo bien,
y por otro lado las cosas
que se debieron mejorar...
Sin embargo,
una luz que llegó de la superficie
se hizo presente,
ese regalo tan deseado llegó
hacia nosotros,
el llanto de tristeza
se cambió por llanto de alegría,
entre todos nos abrazamos
como hermanos,
y
nuestras almas volvieron
a resurgir como el fenix
que apareció a rescatarnos..
.
BESOS MARIECLAIR.