Sin ganas de volver a nacer, nazco. Sin ganas de mirar la vida, vivo. Sin ganas de ver la luz, la veo. Sin ganas de caminar, camino. Ahora, tengo que aceptar la vida, caminar siempre junto a mi familia, y adorar las buenas amistades. No pensé que merecía tanta cosas, que soy merecedora de tanto caso, porque no soy nada y nada valgo, porque vuelvo a nacer y aguanto. Ahora, vivo por los demás, no por mí, sé que haría daño mi desaparición, que, aunque mi corazón esté vacío, el de los demás ... no. Ahora, he de aceptar esta situación; he de aceptar que estoy viva, y que en la vida hay satisfacción. Ahora, que encuentro de nuevo la vida, ahora, aunque sin motivo de vivir estoy, busco una meta muy precisa y corta, para llenar de cosas buenas mi corazón. Ahora, que encuentro de nuevo la vida, ya no me importo yo, que nada soy; me importa la gente que me quiere, y que, sin merecerlo, aquí de nuevo estoy. Ahora, le doy importancia a otras cosas, como la familia, los amigos, y el amor; amor, que se me ha dado con gusto, y que no sé de qué forma corresponder yo.
Autora: Rosa Mª |