Las gracias que hoy te adornan, los dones inmortales que la naturaleza gentil te prodigó, tu eterna vestidura de encantos virginales, tu nombre bendecido cantar pretendo yo. Pedro Antonio De Alarcon
Aquella, nuestra canción decía de tu pollera contaba de la manera que alentabas la pasión
Y también de la ilusión de labios de mariposa del aroma de la rosa que apuraba el corazón
Sonrisa provocadora la magia de la cintura deliciosa criatura mujercita encantadora
Cuestión de nunca acabar toda dicha y alegría tu vida que era la mía llegado el tiempo de amar