Lluvia en día de otoño, el día gris pero no dentro de mí; amancece la esperanza, la fe, de que algún día me encontraré.
Lluvia en día de otoño, no ha salido el sol, pero lo percibo; ya no hay nubes que oscuridad den, mas un camino de sensaciones vivo.
Lluvia en día de otoño, no perciben mis ojos mas que tesoro; el día amaneció de nuevo, sin deterioro, mas nueva soy yo, que miro con decoro.
Lluvia en día de otoño, mas el fresco da la sensación de alegría; no percibo ya la lluvia como tristeza, sino como lágrimas que trae el nuevo día.
Lluvia en día de otoño, mas no está gris mi corazón ni mi cariño, porque la esperanza entro ya en mi vida, mas profundos son mi esfuerzo y mi dicha.
Lluvia en día de otoño, mas no está lluviosa mi amistad y mi tesoro, el tesoro de tener un corazón latiendo, y el amor a la vida y al día que entra.
Lluvia en día de otoño, no hay porqué estar triste ni penoso; mas mi caminar sin pausa ni prisa continúa, para no caer, sin pisar firme, su hermosura.
Lluvia en día de otoño, agradezco que el sol haya descansado un poco, para apreciar cada rayo de luz que hay en mi vida, para deshacerme de la tristeza del nuevo día.
Autora: Rosa Mª |