Los que mas han amado hasta ahora al ser humano le han hecho siempre el máximo daño: han exigido de él lo imposible, como todos los amantes. Friedrich Nietzsche
Tan lejanos esos ojos asombrados esa ausencia la pálida vecina de encontrarle a la vuelta de una esquina esperanza de este tonto enamorado
Y su voz de cristal quedó en la mente el murmullo de arroyo es obstinado su decir de consuelo y atinado es recuerdo añorado e insistente
Ya se extraña su presencia bien temprano y tan franca que lucia su sonrisa me decía del mundo, de la brisa agradable la tibieza de su mano
Mas no está, tan triste el corazón no te pude decir lo que sentía te marchaste y gris fueron los días nunca mas el berretín, dulce ilusión