EL ABUELO
Siempre tuvo fortaleza para sostener la casa, y luchó cada mañana, ganándose la jornada…
Trabajó horas enteras… y cansado regresaba. Pero no faltó sonrisa para alegrar las mañanas. Sus manos fueron curtiéndose, su cabeza ya de plata… Y en los ojos la ternura, nunca faltó dibujada… Se arrugaron las facciones… como prenda que se gasta… Pero su alma siempre intacta, a la vida regalaba… Puñadito de violetas traía para su dama y era el hombre más feliz, con pequeñeces sembradas… Disfrutaba tomar mate, bajo el árbol que plantara el día que nació el niño, que le llenara de gracias… En su huella no hubo nada que entorpeciera su estancia, ya que todo lo que hacía, en buena fe lo ganaba… Era querido por todos, ya que siempre él estaba para ayudar a quien sea, en las buenas y en las malas… Una noche… vio con pena, que su mujer enfermaba y se llenó de tristeza al saber que lo dejaba… Con los ojitos perdidos… en el mundo se encontraba… Con los bracitos vacíos, a los recuerdos gritaba… En el suelo, cae el cuerpo… su alma ya está postrada y solo lleva en el rezo, una única plegaria… “No hay consuelo para el hombre, que ha perdido su querencia. Una vida compartida, valen más que mil palabras… Y a los ángeles le pide, que vengan a su morada y que guíen estas huellas, que ya las tiene gastadas al encuentro de quien fuera, el motivo de sus alas.” TOMADO DE LA RED BESITOS GRACITA,MIS LINDOS NIETOS.
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