No quiero más palabras de amor,
ni amistades que no se ven ni se escuchan,
ni compañías que no son gratas ni sinceras,
ni palabras falsas que al corazón llegan.
No quiero ya la palabra amistad,
porque conocidos es posible que hayan, no sé;
compañeros, tal vez, de trabajo,
pero nadie que escuche quién eres de verdad.
No quiero ya la palabra sinceridad,
porque no todo lo que se dice es cierto,
y porque eso va calando en mi alma,
que nada más busca sinceridad y sustento.
No quiero ver mi vida desperdiciar,
y dejar los minutos e instantes pasar,
por eso escribo estas palabras,
que aunque no sean las mejores,
sinceras y en el alma se pueden hallar.
No quiero ver que nadie sufre,
y mi hombro si de algo sirve, dar;
y una palabra mía si sirve me alivia,
porque carezco de alivio y energía.
Autora: Rosa Mª