Querida vida, hoy estás de nuevo conmigo, y quiero que sepas que te quiero; no importa cómo amanezas, si con sol o con tristeza.
Querida vida, te he despreciado muchos años. ¡Cuánto derroche he usado, cuánto miedo y cuánto anhelo!, pero el fracaso ha sido mi hecho.
Querida vida, nada hay más que quiera, que aprovechar cada instante tuyo, cada palabra, cada gesto, cada segundo; nada hay más que quiera, que no me dejes ni un minuto.
Querida vida, ¡cuán infinitamente buena eres!, ¡cuántos buenos momentos perdidos!; pero no es momento de quejas, sino de aprovechar estos segundos.
Querida vida, déjame soñar y mis esfuerzos dar; aunque fracase no importa, importa, tal vez, el poderlo intentar.
Querida vida, no sé ahora mis dotes cuáles son, pero caminando por tu senda, aprenderé a saber lo que es el amor.
Querida vida, mucho te he despreciado yo; en cambio, tú, aquí, a mi lado, tratas de mostrarme tu tesón.
Querida vida, no importa cómo amenezcas hoy, pues te quiero tal cual eres, con sombras y con luz en el corazón.
Autora: Rosa Mª |