Claro que busco el amor,
en lo más profundo de mi alma,
en el rinconcito más escondido del corazón.
En la mirada de un ser sin armas,
en la dicha de una amistad de confianza,
en las huellas de alguien que sin odio se halla.
Claro que busco el amor,
en el infinito, en el horizonte, en el firmamento,
allí donde nada puede evadir el sentimiento.
En la poesía, en un profundo sueño, en un deseo,
tal vez allá donde dos miradas se cruzan sin saberlo,
allá donde la verdad es el pan que sustenta el encuentro.
en el infinito, en el horizonte, en el firmamento,
allí donde nada puede evadir el sentimiento.
En la poesía, en un profundo sueño, en un deseo,
tal vez allá donde dos miradas se cruzan sin saberlo,
allá donde la verdad es el pan que sustenta el encuentro.
Claro que busco el amor,
pero de tratar de hallarlo, no lo encuentro,
de tratar de querer, no sé hacerlo;
en el paraíso del placer que queda dentro,
en la piedra preciosa de la veracidad y no la falsedad.
pero de tratar de hallarlo, no lo encuentro,
de tratar de querer, no sé hacerlo;
en el paraíso del placer que queda dentro,
en la piedra preciosa de la veracidad y no la falsedad.
Claro que busco el amor,
pero, ¿acaso llevo yo amor por dentro?:
tal vez sea una gran pregunta que no tiene silencio:
en el fondo, algo de amor sí tengo, espero;
sin embargo, qué poco hago para sacarlo de adentro.
pero, ¿acaso llevo yo amor por dentro?:
tal vez sea una gran pregunta que no tiene silencio:
en el fondo, algo de amor sí tengo, espero;
sin embargo, qué poco hago para sacarlo de adentro.
Autora: Rosa Mª