La Virgen de los Dolores frecuentemente aparece representada en el momento de La Piedad con su hijo Jesús muerto sobre su regazo, tras el descendimiento, y otras veces con expresión de desconsuelo al pie de la Cruz, sosteniendo sedente la corona de espinas de su hijo.
En ocasiones, se la representa con siete espadas que le traspasan el corazón.
Su imagen es procesionada durante la Semana Santa en numerosas localidades españolas, destacando los iconográficos establecidos por los pasos de la denominada Esperanza Macarena de Sevilla, imagen de vestir bajo palio, y el de la Virgen de las Angustias de Juan de Juni, en Valladolid, que presenta la figura de María abatida de dolor a los pies de la cruz.
En Cartagena (España), ciudad de la que es Patrona bajo de advocación de Nuestra Señora de la Caridad, se procesiona igualmente el Viernes Santo la Santísima Virgen de la Piedad (Capuz). Ambas imágenes devocionales recogen el momento de la Santísima Virgen tomando en su regazo el cuerpo inerte de Cristo descendido de la Cruz. No obstante, mientras la primera se encuentra inmersa en su séptimo dolor (iconográficamente), la Virgen de la Piedad de los marrajos se halla en su sexto.
En Cuenca, desfila el día de Viernes Santo una Virgen de las Angustias de Luis Marco Pérez. Probablemente, la representación más conocida de esta advocación es La Piedad de Miguel Ángel.
Esta gran devoción a La Dolorosa fue llevada a Latinoamérica, destacándose en Panamá, el paso del Viernes Dolores en Natá de los Caballeros, donde se procesiona a nuestra Señora. Luego el Gran Viernes Santo en una procesión que dura alrededor de 6 horas terminando a las 3 de la madrugada, la virgen Dolorosa llega a la Basílica, en medio del famoso "Salve Regina". Antiguamente se acostumbraba a cantar al final del Santo entierro la mítica "Dolorosa de Pie Junto a la Cruz". El 20 de marzo de 2010, fue entronizada a basílica la imagen traída desde España, (en conmemoración de ser la iglesia más antigua del litoral) Nuestra Señora de Amargura y de la Esperanza, María que se muestra adolorida cargando a Jesús entre sus brazos una vez bajado de la misma. Dato curioso que la imagen al ser entronizada 24 hombres no podían con la misma. Tallada, imponente y adolorida se muestra la imagen dando compasión e invitando a la reflexión de los pecados.