Sonrían, que ello es buena medicina para el alma y cojan su saco de dolor de sufrimiento heridas y todo aquello que no deben seguir cargando y tírenlo por un precipicio tan profundo que nunca más se deje ver el dolor, las lagrimas, el sufrimiento y la soledad. Caminen erguidos con la frente en alto, porque en ese camino Dios les pondrá la persona con un corazón conforme al de ustedes y serán tan felices que nunca más se acordarán de las cosas que vivieron. Todo lo vivido y sufrido será como aguas que pasaron, recuerden lo que les digo y tengan el corazón abierto, para ayudar y dar al que necesita una palabra de aliento, a su debido tiempo Dios se lo devolverá doblemente, quiéranse, valórense y no se dejen vencer.
de la red