Concretamente el Evangelio de Mateo
es la única fuente bíblica que menciona a unos
magos (aunque no especifica el número ni el título de
"Reyes") quienes, tras seguir una supuesta estrella,
buscan al «Rey de los Judíos que ha nacido» en
Jerusalén, guiándoles dicha estrella
hasta Jesús nacido en Belén,
y a quien ofrecen ofrendas de oro, incienso y mirra.
Las tradiciones antiguas que no fueron recogidas
en la Biblia, como por ejemplo el llamado
Evangelio del Pseudo Tomás
(o Evangelios de la infancia de Tomás)
del siglo II, sin embargo, dan su
número y les asignan nombre:
Melchor, Gaspar y Baltasar,
posiblemente sacerdotes zoroastristas
provenientes de Persia.
Los nombres son además diferentes
según la tradición siriaca.
Según posteriores interpretaciones los Magos
fueron considerados originarios de
Europa, Asia, y de África respectivamente.
De La Red