"Estamos acostumbrados a soñar, pero no a que nuestros deseos se hagan realidad" Enrique Epeche.
Dicen los que saben que uno debe estar preparado para que las cosas salgan bien...
de vez en cuando se da.
Si todo empieza y tiene un final, hay que pensar que pensar que la tristeza,
la soledad, la nostalgia también se van, asi como los acreedores,
la mala suerte, las piedras en los zapatos.
El asunto es que a veces algo sale bien: se encuentra el amor de la vida...
se asciende en el trabajo....
hay sol durante todo el fin de semana.
Esas cosas pasan. Y tenemos que estar preparados.
Cuando no hay nad aque perder no tenemos, pero no vivimos.
Lo bueno nos pone frente al compromiso de cuidar "nuestra rosa"...
La autopsia de nuestras emociones nos saca del mundo, nos refugia del miedo a vivir.
Bien sabes que cuando me hablas, lo tan anhelado se transforma en sudor, rubor, tartamudeo.
No es fácil sostener lo que deseamos, cuando cobra forma real.
Estamos listos para dar batalla, listos para la lucha, pero no siempre los efectos "secundarios del te son fáciles de digerir"
" ( tal vez hubo algo en la puesta del sol o algún efecto secundario del te,
pero lo cierto es que la pena volo y no importó ni siquiera el por qué)"
Estamos se abre entonces un juego que tiene su dificultad: la alegría, el estar frente a frente a la consumación de nuestro deseo y la gran pregunta: ¿ AHORA QUÉ?
Y mucho del temor es no saber qué viene luego. es como perder el horizonte, dejar de tener un ideal, que nos diga hacia dónde ir, porque ese ideal llegó con forma de realidad asible, tangible.
Quizá valga la pena probar y cambiar algo de nuestra dieta de ilusiones y anhelos
(construidos para ser eso, anhelos, no realidades), por una mayor capacidad de bancarse los logros
y vivir la alegría cuando esto se da, sólo porque nos dimos cuenta de que estamos vivos.
Ya vendrán nuevos anhelos.
Mientras tanto, respiremos el oxigeno de lo logrado, porque es con ellos que el camino toma verdadero sentido.
by Ebamper