"Conocéis este episodio del Génesis: José, hijo de Jacob, vendido por sus hermanos a comerciantes que iban a Egipto. Después de toda clase de aventuras, fue convocado un día por el faraón quien le pidió que interpretara un sueño: había visto siete vacas gordas devoradas por siete vacas flacas, y luego siete bellas espigas engullidas por siete espigas vacías y secas. Entonces, José dijo: «Esto significa que van a venir siete años prósperos para el reino de Egipto; pero le seguirán siete años de esterilidad y de hambre. Aconsejo pues preparar graneros para amontonar allí una parte de las cosechas recogidas durante los siete años de abundancia. Así, cuando venga la escasez, Egipto tendrá con qué subsistir». Lo que José había predicho se realizó, y gracias a su clarividencia, el país no paso hambre. En nuestra vida psíquica también, se repiten alternancias similares sin cesar: algunos días fértiles, luego algunos días estériles, de nuevo algunos días fértiles… Cuando venga el período estéril, el que no haya tomado ninguna precaución, se hallará en la miseria, mientras que el que haya amontonado reservas, no sufrirá privaciones. Hay que ser siempre previsor y guardar ciertos recursos para los días de penuria que puedan venir. No es suficiente saber esto para el plano físico, debemos tenerlo en cuenta también en el plano espiritual. "