Ahora ya sé a quién hablar,
a quién dirigirme aun en la distancia,
porqué cosas vale la pena llorar,
y cuántas cosas hay para reir.
Ahora ya sé que tengo dos manos,
que mis manos pueden escribir,
que aunque inteligente no sea,
a alguien mis palabras podrán servir.
Ahora ya sé que soy yo quien debe cambiar,
que nadie puede cambiar por mí las cosas,
que esfuerzo sobrehumano me costará,
pero valdrá la pena el esfuerzo,
si a la meta consigo llegar.
Ahora ya sé que cada instante he de aprovechar,
que no vale la pena las excusas,
pues lo que no se hace... se suele marchitar.
Ahora ya sé que no todo es bonito,
que momentos malos hay y no pocos,
que existen las guerras que no cesan,
que existe la violencia que no perdona.
Ahora ya sé que tengo que creer en algo,
que sin fe no puedo moverme,
que he de confiar más en las personas,
aunque la confianza es algo de suerte.
Ahora ya sé que tengo que dejar mis miedos,
y vivir el presente con valentía y optimismo,
que no todo son siempre fracasos,
que no se puede vivir sin armonía,
y que se puede obtener desde la lejanía.
Ahora, sólo ahora, quiero no quejarme,
porque la queja sólo confunde y entristece,
porque el lamento a nada bueno lleva,
y porque la tristeza es oscuridad sin tregua.
Ahora, sólo ahora, sé que quiero seguir viviendo,
pero no como hasta ahora lo he hecho,
que la soledad es una buena compañera mía,
pero que la lejanía se convierte en cercanía.
Ahora y desde este lado de la pantalla,
agradezco a las personas que tiempo me dedican,
que hacen lo posible por una sonrisa hacerme sacar,
y que me brindan, sin conocerme, su amistad.
Ahora y desde este lado de la pantalla,
a todos vosotros quiero llegar,
deseándoos que paséis un precioso día,
lleno de armonía, paz y felicidad.
Autora: Rosa Mª