El mundo es para los osados, no para tímidos y callados. Ni camino sin atajo ni campana sin badajo. Buen viejo, surco derecho. Enseñando se aprende. Las miguitas del zurrón por la tarde buenas son. Mala y engañosa ciencia es juzgar por la apariencia. Ojos que no miran, corazón que no suspira. El amor no quiere consejo. Más puede con el amor el desprecio que el favor. Un poco te quiero, Inés, y te lo diré después. El corazón y los ojos siempre son mozos. Quien bien quiere a la rosa, aunque se pinche, no se enoja. Contigo pan y cebolla, y con otro ni la olla. Del amigo usar, pero no abusar. Largo de lengua, corto de manos. Quien mucho amenaza, el miedo tiene en casa. Quiso pegar el salto y cayó en el charco. Cuanto más paseo, más deseo. Tanto la lima comió que sin dientes se quedó. Buenas tajadas y buenos molletes engordan los mofletes...
(DE LA RED)
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