LA MOTA: La Mota de Medina siempre ha sido un lugar privilegiado, su elevación sobre la meseta castellana hacía mucho más fácil la defensa y protección de los diferentes asentamientos que en ella tuvieron lugar, destacando principalmente los acontecidos en la Prehistoria (Edad del Hierro), la Edad Media y el Renacimiento.
YACIMIENTOS “Los orígenes de Medina” en el CRV: Todo comenzó en la Prehistoria, concretamente durante la Edad de Hierro, cuando se produce un importante asentamiento que llegaría a ocupar toda la superficie de la Mota. Aquí se construyeron sus propias casas y, además, contaban con elementos defensivos tales como un foso en forma de W del cual aún hoy se pueden ver sus restos.
CIUDADELA MEDIEVAL: Poco a poco este poblado prehistórico se fue abandonando y se puede decir que hasta la época de la Reconquista (siglo XI) no vuelve a surgir un poblado importante en la Mota. Debido a la inestabilidad de la época se fueron sucediendo diferentes recintos amurallados que fueron abarcando la extensión de la ciudadela en cada momento. Hoy en día se conservan los restos de una primitiva muralla del siglo XII sobre la que se asienta una parte del castillo. Poco a poco, Medina fue creciendo y, enseguida, la extensión de la Mota se quedó pequeña. El poblado se fue ampliando hacia la llanura dando origen a la actual villa.
CASTILLO DE LA MOTA: A la vez que todo esto ocurría, el castillo fue tomando su forma poco a poco. Hay muchas leyendas en torno a los orígenes del Castillo, pero todo parece apuntar a que fue una larga transformación en la que intervinieron activamente el rey Juan II de Castilla y su hijo Enrique IV (con la construcción del recinto interior de la fortaleza y la Torre del Homenaje), y los Reyes Católicos, quienes mandaron construir la barrera defensiva, con la que pasaron de tener un castillo más, a poseer uno de los mejores Parques de Artillería que existían en la Europa de aquellos momentos.
Pero la construcción del castillo no acaba con la intervención de los RRCC, sino que desde sus orígenes se convirtió en un monumento vivo que se fue adaptando a las necesidades de cada época, incluso en la actualidad (Castillo artillero, Prisión Real, Archivo, Escuela Superior de Mandos José Antonio Primo de Rivera, Centro de Formación de la Junta de Castilla y León).
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