Añorarte A Diario Es Mí Tarea
Añorarte a diario es mí tarea,
envidiable que hacer el que mantengo;
de la mente al sentido voy y vengo,
te piensa aquélla y éste te desea.
Mi imperceptible abrazo te bordea,
e indefinidamente te retengo
para obtener de tí lo que no obtengo,
contacto, impulso, todo pura idea.
De mís dos corazones, el primero
no cesa de sangrar, mientras espero
la fecha en que el destino nos reúna.
El otro corazón, el subalterno,
late también por tí, tiene su infierno
de inútil rigidez inoportuna.
Francisco Alvarez Hidalgo