Nacimos un día con un propósito en este mundo.
Lo reconozcamos o no, él existe y cuando nos sentimos
plenamente satisfechos y llenos internamente,
es una señal de que lo estamos siguiendo.
Por otro lado, la sensación de vacío indica que lo estamos evadiendo.
Sin embargo, no quiere decir que somos marionetas en el mundo.
El propósito es una brújula y el camino somos nosotros quienes decidimos.
Pero, aquellos que logran seguir su propósito
se vuelven líderes y ayudan a transformar el mundo.
Así que, es bueno pensar de forma profunda:
¿cuál es mi propósito en el mundo?
Sinduda alguna el mío es compartir contigo.
de la red