Nuestra Señora del Buen Suceso
En el Monasterio de la Limpia Concepción de la ciudad de Quito, Ecuador, se hallaba orando la abadesa Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa cuando, repentinamente, Nuestra Señora hizo su aparición para anunciar terribles premoniciones y el triunfo de la Santa Iglesia
El 2 de febrero de 1594, la Madre Mariana Francisca de Jesús Torres oraba como todas las noches en el coro alto, frente al altar mayor cuando, repentinamente, vio apagarse la llama que ardía frente al Santísimo, dejando a la capilla en completa obscuridad. De repente, una voz dulce y angelical le dijo: “Soy María del Buen Suceso, la Reina del Cielo y de la Tierra”, mientras una luz celestial iluminaba el recinto.