La Navidad es una lección de humildad, de fe: que su milagro nos enseñe
a mantener el corazón levantado hacia el Señor y pedir por la Paz del Mundo.
Navidad es paz, humildad, reencuentro, arrepentimiento, perdón... ¡Navidad es Amor!
Cuando el amor es auténtico surge con la fuerza de la audacia, el atrevimiento, la osadía que nos lanza a correr riesgos para conquistar lo que amamos; es en esa entrega sin condiciones donde descubrimos una fuerza y valor desconocidos.
El amor nos da el valor de:
Luchar por nuestros sueños.
Dar la vida por los que llevamos en el corazón.
Modificar nuestra propia existencia.
Cambiar nuestra manera de vivir.
Rebasar el límite de nuestras potencialidades.
El amor nos da la fuerza:
Para respetar a los seres que amamos.
Para sonreír a pesar de las adversidades.
Para pedir humildemente perdón.
Para comprender.
Para perdonar.
El amor nos da el poder:
Para manifestar nuestras emociones.
Para alcanzar lo que parecía imposible.
Para convertir nuestros sueños en realidades.
El amor nos transforma en seres superiores, despierta nuestra capacidad de asombro, nos da la sensibilidad de la contemplación, nos impulsa a niveles infinitos, nos da la fuerza para recorrer nuestra vida con un espíritu invencible y nos impulsa a alcanzar lo imposible.
El amor es la fuerza que Dios deposita en el corazón de todos los seres humanos. Nos corresponde a cada uno, decidir vivir como un luchador o un cobarde, como un conquistador o un conformista, como un ser excelente o un mediocre, como un ser lleno de luz o alguien que permanece por siempre en la penumbra.
El amor nos da la fuerza para atrevernos a ser auténticos colaboradores en la grandeza de los planes de Dios.
buen lunes