Como recuerdo en mis sentidos aquel tiempo en que solo vivíamos de amor, del néctar de los besos que encendían nuestra pasión; de aquellas miradas cargadas de energía que hablaban con el lenguaje del alma, y que hacían vibrar el corazón con ansia incontrolable. De aquellas veladas junto al fogón, iluminados con el brillo de la candela, y en aquel tenue resplandor nos prometíamos amor eterno hasta más allá de la existencia… ¡Dios como recuerdo aquellas noches de locura! Aquellas promesas enredadas en los besos, tan fáciles de pronunciar como dulces de cumplir.
Si mil años viviera, mil años te diera de aquel amor que le dio a mi corazón todo un milenio de vida, todo el sentido de amar, todo el sentir de mis sueños. huitar