Opta por la fe y no por el miedo
Cuando estaba muy pequeño y mis padres me tomaban en sus brazos, venían hermanos y les decían: “cuando crecen es el problema”. Fui creciendo y cuando ya era casi un adolescente: “ya verá que a esa edad son tremendos los jovencitos, ya lo verán”. Luego fui creciendo y esas predicciones jamás pasaron, soy una persona, gracias a Dios, que nunca ha desfallecido en el camino de la búsqueda de Dios.
Mis padres decidieron no permitir que esos miedos despertaran. En cambio ellos despertaron su fe. Ellos no esperaron que sus hijos causaran problemas, esperaron que se destacaran. Esperan que hagan grandes cosas con sus vidas.
Todos los días tienes opciones. Puedes creer que Dios está en control, creer que Él se ocupa de cuidarte y creer que tiene cosas buenas preparadas para ti. O puedes andar por ahí preocupado, esperando lo peor, preguntándote si lograrás salir adelante.
El miedo y la fe pueden parecer conceptos opuestos, pero tienen algo en común. Ambos nos piden creer en algo que no podemos ver.
(A D)