"El silencio es un amigo que nunca traiciona." (Confucio)Es normal que queramos que los demás sepan de nuestros logros personales y de nuestros queridos, ya que, de la misma manera que la tristeza, la alegría suele quedar estampada en nuestros semblantes. Hay momentos tan intensamente felicesen nuestra vida, que apenas cabemos en nosotros de tanto contentamiento y acabamos queriendo contar y esparcir cuanto estamos felices. Sin embargo, siempre estaremos rodeados por personas envidiosas, malvadas y que no soportan ver a alguien feliz, pues la felicidad les es tan extraña, que no son capaces de entenderla, hasta el punto de hacer todo para destruirla. No debemos temer la maldad ajena, en el sentido de que nadie es capaz de hacer con nosotros aquello a lo que no somos vulnerables. Cautela, sin embargo, es necesario, a fin de que no tengamos que enfrentar el peor de los otros en nuestra jornada. Por más que estemos seguros y seguros en cuanto a nuestras convicciones, existirán personas que intentarán disminuir por medio de provocaciones constantes y de maledicencias dispersas a nuestro alrededor.
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